Descubre el significado del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma, un período de reflexión y preparación espiritual para los católicos.
La Cuaresma, período de 40 días que precede a la Semana Santa, es un tiempo de reflexión y preparación espiritual para los católicos. Dentro de las prácticas más significativas de esta temporada, el ayuno y la abstinencia juegan un papel crucial, sirviendo como herramientas para la purificación del alma y la cercanía a Dios.
El sacerdote, Vicente Zambrano, explica que el ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, y la abstinencia en no comer carne, reemplazándola por pescado, mariscos o cualquier otro tipo de alimento. «Son días de abstinencia y ayuno obligatorios el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, según el Código de Derecho Canónico 1249-1253″, explicó. Sin embargo, hay quienes practican la abstinencia todos los viernes de Cuaresma.
«Así se acostumbraba antes, nadie comía carnes los viernes, eso se consideraba pecado, uno solamente pasaba rezando, no se podía escuchar música y peor bailar como hacen ahora los jóvenes en Semana Santa», dijo la creyente Rita Macías.
Ayuno y abstinencia no son suficientes en Semana Santa
Pero el ayuno y la abstinencia no son suficientes en esta época, explicó el sacerdote. «El Papa Francisco nos pide que además, estos días deben ir acompañados por la oración y las obras de caridad», dijo.
Zambrano agregó que la abstinencia es obligatoria para los católicos a partir de los 14 años y el ayuno desde los 18 hasta los cincuenta y nueve años, pero especificó, que ambos pueden ser reemplazados por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las conferencias episcopales de cada país, «pues ellas son las que tienen autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana».
Para los católicos, el ayuno y la abstinencia son una forma de emular el sacrificio de Jesucristo, quien pasó 40 días en el desierto ayunando y orando. El sacerdote recalcó que «estos días de Cuaresma nos preparan para vivir el Triduo Pascual y es necesario acompañar el ayuno y la abstinencia con obras concretas de caridad y solidaridad en beneficio de los más pobres, frágiles y débiles de nuestra sociedad».
Consuelo Loor.