Una niña de 11 años de edad vivió minutos de terror cuando un sujeto se le acercó y la violó.
La menor estaba en su casa, durmiendo, cuando el domingo por la mañana sintió que un hombre se le acercó, le bajó el short y la ropa interior hasta los tobillos y comenzó a tocarle sus partes íntimas. Después la violó con los dedos.
Cuando terminó, el agresor se fue a dormir a otra habitación de la misma casa.
La niña aprovechó entonces para buscar un teléfono y llamar a su hermana mayor para contarle lo que había ocurrido, y luego ambas salieron de la vivienda en busca de ayuda.
Acompañaba a la madre de la niña
La versión que indicaron las hermanas a la Policía es que el hombre, que responde a los nombres de Renzo V., había llegado con la madre de ambas el sábado y estaban tomando bebidas alcohólicas.
En el momento en que la mamá de las chicas se quedó dormida, el agresor, de 59 años de edad, se pasó al cuarto de la niña para cometer el delito.
Después regresó a dormir con la madre de ambas y luego se despertó y se fue.
Los uniformados llegaron hasta la casa donde reside para buscarlo y aprehenderlo, pero no lo encontraron.
Sin embargo, el presunto violador no pudo evadir la justicia y el domingo pasado el mediodía fue localizado y puesto a órdenes de las autoridades competentes.
Hasta el cierre de esta edición se desconocía el resultado de la audiencia de calificación de flagrancia.
El delito de violación se encuentra tipificado en el artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
De acuerdo con dicha normativa, es sancionado con pena privativa de libertad de 19 a 22 años.
Esa cantidad de años de cárcel podría incrementarse si se determinan agravantes.
De acuerdo con las estadísticas que maneja la Organización Panamericana de la Salud, en Ecuador ocho de cada 10 mujeres han sido sobrevivientes de violencia alguna vez en su vida.
Las cifras indican que al menos una de cada cinco menores de edad ha sido víctima de abuso sexual.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, por su parte, registra que hasta 2019 al menos una de cada tres mujeres había sufrido violencia sexual por parte de personas allegadas a su círculo familiar o de amigos.