Pamela Cheme llegó desde Machala para ser parte de la jornada solidaria de Operación Sonrisa en Manta.
Aunque sabía que la cruzada es benéfica, antes del viaje vendió 200 bollos para traer dinero ante alguna eventualidad o emergencia.
Llegó ilusionada para que su hijo Íker Rodríguez de 4 años sea uno de los niños beneficiados; sin embargo, aquello no ocurrió.
“El pediatra y el anestesiólogo me dijeron que en esta ocasión mi hijo no era candidato”, contó.
La causa es que hace dos semanas Iker tuvo infección de amígdalas y aún hay secuelas de esa infección y los niños que sean sometidos a cirugías deben estar completamente sanos.
En el caso de Iker su primera operación de labio leporino y paladar hendido fue cuando tenía dos meses de edad, pero aún deben reconstruirle la nariz, parte del labio y el paladar.
Pero Pamela no se rendirá, aseguró.
Llegaron personas de varios cantones y provincias a la jornada de Operación Sonrisa
Ángel Martínez era otro padre que aspiraba a que su hija Diana fuera una de las beneficiarias. Ella nació con labio fisurado y paladar hendido. La primera operación fue en Cuenca cuando tenía 6 meses de vida y gracias a ello ya puede comer mejor, tomar el biberón, pero también requiere más cirugías.
Una cirugía de fisura en labio o paladar cuesta entre los 5, 7 o 10 mil dólares dependiendo el lugar, pero gracias a la Fundación Operación Sonrisa estas son gratuitas.
Francisco Punina, director de fundación Sonrisa Ecuador, manifestó que esta cruzada es parte del programa de un quinquenio. “En algunos casos para los niños es el segundo tiempo quirúrgico de los realizados el año pasado”, dijo.
En esta jornada colaboran voluntariamente 90 profesionales, de ellos 20 son extranjeros.
Las cirugías serán entre mañana, viernes y sábado en el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social Manta.
Están programados 60 o 70 procesos quirúrgicos con apoyo del IESS que prestará sus quirófanos.
Próxima jornada de Operación Sonrisa será en Quito
Dentro de la planificación de Operación Sonrisa la próxima jornada será en el hospital Calderón de Quito y coincidirá con los 30 años de creación de la fundación.
La fisura de labio y paladar son problemas de malformación congénita que se producen durante el embarazo. Los niños con esta afección pueden tener problemas para comer o hablar. También pueden presentar infecciones de oído, pérdida de audición y problemas con sus dientes.