La vía Portoviejo-Junín, en un tramo del cerro, ha sido una de las carreteras más afectadas por los deslizamientos de tierra durante esta temporada invernal en la provincia de Manabí. Esto ha provocado cierres frecuentes, impactando la movilidad entre Portoviejo, Pichincha y Quevedo. Según información recopilada, el cerro de Junín ha sido cerrado al menos ocho veces entre marzo y abril de 2025, evidenciando la vulnerabilidad del sector.
El municipio, maquinaria del Gobierno Provincial de Manabí (GPM), así como del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) han trabajado en la limpieza y estabilización de la vía en el cerro de Junín, pero las condiciones climáticas han complicado las labores. Las lluvias han saturado el suelo, generando derrumbes que bloquean carriles y, en algunos casos, dañan la infraestructura vial. Los reportes indican que los deslizamientos no solo afectan a los conductores, sino también a las comunidades que dependen de esta arteria para el transporte de productos agrícolas.
El Municipio de Junín y la Prefectura de Manabí han desplegado maquinaria pesada para mitigar los daños, pero la recurrencia de los eventos ha generado preocupación. Los habitantes temen que, sin soluciones definitivas, los cierres continúen afectando la economía local y la seguridad de quienes transitan por el cerro de Junín.
Un recuento de los cierres del cerro de Junín en 2025
El primer cierre significativo ocurrió el 3 de marzo, cuando un deslizamiento bloqueó parcialmente la vía, restringiendo el tráfico a un solo carril. Días después, el 17 de marzo, la carretera fue habilitada tras varias horas de limpieza, pero las lluvias del 19 de marzo provocaron otro derrumbe, cerrando ambos sentidos. Al día siguiente, el 20 de marzo, se anunció un nuevo cierre nocturno para remover escombros.
El 21 de marzo marcó un punto crítico: un colapso de 200 metros dejó la vía intransitable, afectando a cientos de conductores. Una semana después, el 26 de marzo, un deslizamiento arrastró una retroexcavadora, sumando un séptimo cierre. Finalmente, el 7 de abril, un nuevo derrumbe obligó a cerrar el tramo nuevamente, según reportes locales.
Estos eventos reflejan un patrón claro: las lluvias intensas agravan la inestabilidad del cerro de Junín, generando deslizamientos casi semanales. Las autoridades han recomendado usar rutas alternas como Rocafuerte-Tosagua, pero estas implican mayor tiempo de viaje.
Aidé Meza, residente local, expresó su angustia por tener que caminar varios kilómetros para llegar a su hogar, mientras que Roque Giler, transportista, señaló que las vías alternas demandan demasiado tiempo, lo que lo lleva a arriesgarse a transitar por la zona afectada.
Unos $ 40 mil se han invertido en el cerro de Junín
Manuel Molina, subsecretario zonal 4 del MTOP, ha destacado que el cerro de Junín se ha convertido en el frente de trabajo que más presupuesto ha requerido en la provincia, con una inversión cercana a los 40 mil dólares destinados a la variante y otros trabajos en la zona.
Expertos sugieren que se requieren obras estructurales, como barreras de contención, para reducir los deslizamientos. El alcalde de Junín, Jonás Intriago, ha solicitado apoyo urgente al gobierno central para evitar más cierres.
Mientras tanto, los conductores enfrentan incertidumbre y riesgos al transitar por esta vía. La comunidad exige medidas a largo plazo que garanticen la seguridad y estabilidad de la carretera Portoviejo-Junín. Por ahora, el cerro de Junín sigue siendo un desafío para las autoridades y un dolor de cabeza para los manabitas.