Gerardo Villacreses asumió en enero la dirección de Posgrado de la Universidad Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM). Es un defensor de la educación en línea, ya que destaca que esta modalidad ha permitido que más personas obtengan un título de cuarto nivel. Señala que las mujeres son las más están estudiando una maestría.
¿Cuántas maestrías se imparten actualmente en la ULEAM?
Estamos ofreciendo 36 maestrías y en proceso de abrir cinco más. Recientemente lanzamos la Maestría en Educación e Innovación Pedagógica, que tiene un impacto significativo. Para este programa, hemos otorgado un 40% de beca a los estudiantes.
¿Por qué se ofrece este 40% de beca?
La beca responde a dos razones principales: Celebramos el 40 aniversario de la ULEAM, y esta es una forma de conmemorarlo.La segunda es que reconocemos las limitaciones económicas de muchos docentes de escuelas y colegios, quienes a menudo ganan un salario básico de $817. Para ellos, pagar una maestría de $3.000 o $4.000 es un gran desafío. Como universidad, tenemos la responsabilidad social de apoyar a estos profesionales, muchos de los cuales son egresados nuestros. Tras un análisis, determinamos que esta beca es una solución ganar-ganar: fortalecemos nuestra imagen institucional y facilitamos el acceso a la educación de posgrado, permitiendo que los docentes alcancen sus metas sin la carga financiera.
¿Son 36 maestrías un número alto, bajo o estándar para una universidad como la ULEAM?
Es un número estándar. Nuestro objetivo no es tener una cantidad excesiva de maestrías, como 60 o 70, sino enfocarnos en programas de calidad, como la Maestría en Educación e Innovación Pedagógica o la de Trabajo Social, que responden a las necesidades del entorno y garantizan excelencia académica.
¿Qué condiciones considera la ULEAM para abrir una nueva maestría?
El proceso comienza con un estudio de pertinencia que analiza la demanda de profesionales y las necesidades de capacitación en el mercado. Una vez realizado este estudio, se elabora un informe que pasa por el consejo de facultad y el consejo universitario. Posteriormente, se presenta al Consejo de Educación Superior (CES), que revisa la pertinencia y los datos para aprobar la apertura del programa.
¿Es pedagógico que algunas universidades tengan maestrías con 200 o 300 estudiantes por cohorte?
Esa práctica está regulada. Anteriormente, algunas universidades extranjeras tenían grupos de 60 o 70 estudiantes por aula, pero en la ULEAM seguimos las normativas del Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior. Estas establecen un máximo de estudiantes por programa, que varía según el área de conocimiento: 25, 35 o 40 estudiantes, dependiendo de la modalidad (presencial, híbrida o en línea). Esto garantiza una educación personalizada y de calidad.
¿Cuáles son las ventajas de estudiar una maestría en línea?
La pandemia nos enseñó la importancia de la conectividad. Las maestrías en línea ofrecen flexibilidad, permitiendo a estudiantes de Quito, Guayaquil, España o cualquier parte del mundo estudiar con nosotros. Esta modalidad ahorra tiempo y costos de traslado, además de ser ideal para quienes enfrentan limitaciones económicas o de movilidad. Sin embargo, los docentes deben estar capacitados en didáctica virtual para garantizar una experiencia educativa efectiva.
¿Qué porcentaje de las maestrías de la ULEAM son en línea, híbridas o presenciales?
El 80% de nuestras maestrías son en línea, el 10% son híbridas (mitad presencial, mitad virtual) y el 10% son completamente presenciales. La pandemia aceleró la adopción de estas modalidades, un cambio que ya se veía en otros países y que ha transformado tanto la educación como el mundo laboral. Las universidades y empresas que no se adaptaron a estos cambios enfrentaron dificultades para mantenerse.
¿Las maestrías seguirán siendo principalmente en línea o se volverá a la educación presencial en algún momento?
Depende de la demanda de los estudiantes. Si hay solicitudes para maestrías presenciales, estamos dispuestos a crearlas. La tecnología ha facilitado el acceso a la educación, permitiendo, por ejemplo, que docentes internacionales de Argentina, Brasil o México impartan clases sin necesidad de viajar. Esto reduce costos y enriquece la experiencia académica.
¿Por qué han disminuido los costos de las maestrías en los últimos años?
Antes, las maestrías podían costar $10.000 o $12.000 debido a la escasez de docentes especializados y a que la mayoría eran presenciales, lo que implicaba traslados y jornadas intensas (por ejemplo, clases de 8 a 6 los fines de semana). Hoy, la tecnología y la mayor oferta de programas han reducido los costos. Por ejemplo, nuestra Maestría en Educación e Innovación Pedagógica, con el 40% de beca, tiene un costo de $1.600, lo que la hace más accesible.
¿Qué sucede con los estudiantes que no han culminado sus maestrías por deudas pendientes?
Hemos gestionado una cartera mínima de deudas, recuperando cerca de un millón de dólares desde enero. Esto nos permite mantener al día los pagos a nuestros docentes y motivar a los estudiantes a completar sus estudios. Ofrecemos facilidades de pago, como convenios personalizados, para que quienes adeudan sumas pequeñas, como $500, puedan saldarlas y graduarse.
¿Es obligatorio presentar una tesis para culminar una maestría?
No, ya no es obligatorio. Ahora impulsamos el artículo científico como una de las modalidades de titulación, junto con el examen complexivo o la tesis tradicional. El artículo científico beneficia tanto al estudiante como a la universidad, ya que puede publicarse en revistas de alto impacto o regionales, fortaleciendo el currículo del estudiante y el prestigio institucional. Además, los docentes se benefician, ya que la publicación de artículos es un requisito para su escalafonamiento profesional. Es un modelo circular donde ganan el estudiante, el posgrado, la universidad y el docente.
¿Quiénes estudian más maestrías en la ULEAM, hombres o mujeres?
El 63% de nuestros estudiantes de maestrías son mujeres, lo que refleja su interés por la superación académica y la búsqueda de competitividad en el mundo laboral. Un título de maestría les otorga un valor agregado, no solo profesional, sino también personal, al fortalecer su autoestima. Además, las políticas de equidad de género promovidas por el gobierno refuerzan esta tendencia. En los últimos seis meses, la mayoría de nuestros graduados han sido mujeres.