Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó este martes 3 de junio de 2025 una directiva presidencial que eleva del 25 al 50 por ciento los aranceles a las importaciones de acero, aluminio y sus derivados, medida que entrará en vigor desde las 00h01 del miércoles 4 de junio, como parte de su agenda proteccionista en medio de la guerra comercial que mantiene su Administración.
Aumento de aranceles y excepción para Reino Unido
La nueva orden ejecutiva establece que a partir del martes, los productos de acero y aluminio importados estarán sujetos a un arancel del 50% ad valorem, el doble de la tarifa previa. Esta decisión, según se indica en el documento firmado por el presidente, busca fortalecer la industria nacional frente a lo que el gobierno considera prácticas comerciales desleales por parte de otros países.
En la misma directiva, el gobierno estadounidense exceptúa al Reino Unido de esta medida, en virtud de un acuerdo bilateral suscrito a inicios de mayo. Esta excepción refleja el interés estratégico de Estados Unidos en mantener relaciones comerciales diferenciadas con socios clave fuera del marco de los tratados multilaterales.
Trump justificó el endurecimiento de la política comercial señalando que los aranceles iniciales no habían generado el nivel de utilización de capacidad productiva nacional esperado, aunque sí han contribuido, según él, a estabilizar los precios internos del mercado.
Plazo para negociaciones comerciales
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que el gobierno estadounidense, a través de la Oficina del Representante Comercial (USTR), ha remitido comunicaciones oficiales a sus socios comerciales recordándoles que el plazo para las negociaciones arancelarias está por vencer.
«La carta enviada tenía como fin recordar a estos países que la fecha límite se acerca y que el presidente espera lograr buenos acuerdos», señaló Leavitt en una conferencia de prensa, subrayando que Washington se encuentra «en conversaciones con muchos socios clave».
El mandatario había suspendido en abril pasado, por un período de 90 días, la aplicación total de los aranceles del 50% para permitir negociaciones. Posteriormente, tras una llamada con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, accedió a prorrogar hasta el 9 de julio la aplicación total de la tarifa elevada a productos provenientes de la Unión Europea.
La política arancelaria de Trump
La medida forma parte de una estrategia comercial de largo alcance implementada por Trump desde su primer mandato, centrada en la protección de industrias estadounidenses clave mediante políticas de “America First”. La aplicación de aranceles elevados al acero y aluminio ya fue usada durante su anterior administración, y reaparece como una herramienta central en su actual gestión.
El argumento recurrente es que la competencia de precios bajos, impulsada por subsidios o exceso de oferta en países como China, ha perjudicado históricamente a los productores estadounidenses, especialmente en el sector manufacturero y siderúrgico.
Organismos internacionales y socios comerciales han expresado anteriormente su preocupación por este tipo de medidas, al considerar que distorsionan el comercio internacional, encarecen insumos para la industria interna y pueden desatar represalias que afecten el intercambio global.
