Mantener una mascota feliz y saludable no es solo cuestión de amor y juegos, sino también de una alimentación correcta y adaptada a sus necesidades. Los veterinarios coinciden en que la dieta es la base para prevenir enfermedades, fortalecer el sistema inmunológico y garantizar que perros y gatos disfruten plenamente cada etapa de su vida.
Los requerimientos nutricionales de un cachorro no son los mismos que los de un perro adulto o un gato senior. Durante los primeros meses, las mascotas requieren más proteínas, grasas saludables y vitaminas que favorezcan el desarrollo muscular, óseo y cerebral. En la adultez, el objetivo es mantener un peso saludable, prevenir problemas cardíacos y cuidar el estado del pelaje y la piel. En la vejez, las necesidades cambian hacia dietas bajas en grasa, con antioxidantes y suplementos que favorezcan la movilidad articular y la salud renal.
“Cada mascota es única y su alimentación debe ajustarse a su edad, peso, nivel de actividad y salud general”, señala la veterinaria Karla Zambrano. “Un error común es darles comida casera sin supervisión profesional, lo que puede derivar en deficiencias o excesos nutricionales, y a largo plazo, en enfermedades graves”.
Alimentos que deben evitarse en mascotas
Aunque a muchos dueños les tienta compartir un bocado de su comida, ciertos alimentos son altamente peligrosos para las mascotas. El chocolate, las uvas, la cebolla, el ajo y los huesos pequeños pueden provocar desde intoxicaciones hasta lesiones internas. Otros productos como los lácteos enteros o los alimentos grasos pueden ocasionar problemas digestivos severos.
Los especialistas recomiendan elegir croquetas, alimentos húmedos o dietas naturales formuladas por veterinarios, siempre con certificación de calidad y adaptadas a las necesidades de cada mascota.
Agua fresca y horarios regulares
No basta con ofrecer comida balanceada; el agua limpia y fresca es esencial para la salud de perros y gatos. La hidratación adecuada regula la temperatura corporal, favorece el funcionamiento de los órganos y previene problemas urinarios. Los expertos aconsejan cambiar el agua al menos dos veces al día y asegurarse de que el recipiente esté limpio.
Asimismo, establecer horarios fijos de alimentación ayuda a regular el metabolismo y a prevenir problemas digestivos. En el caso de los gatos, que suelen comer varias veces en pequeñas cantidades, se puede fraccionar la ración diaria para adaptarse a sus hábitos.
Más que alimentación: un acto de amor y responsabilidad
Cuidar la dieta de una mascota es, en definitiva, una forma de demostrar amor y compromiso. Un perro o gato bien alimentado tendrá más energía, un pelaje brillante, una actitud activa y menos visitas al veterinario por enfermedades prevenibles.
“Darles lo que necesitan, no lo que creemos que les gusta, es el mayor acto de cariño que podemos tener”, concluye Zambrano.
Invertir en una alimentación adecuada es invertir en años de compañía y bienestar. Porque una mascota sana no solo vive más, sino que vive mejor, compartiendo cada momento con la familia que la cuida y ama.