Manabí. Montecristi abraza la Semana Santa con Fe y plegarias por la paz
En Montecristi, el Viernes Santo se aproxima con una fe inquebrantable. Durante la Semana Santa, del 13 al 20 de abril, las calles y templos de esta ciudad manabita se llenan de devoción.
Los habitantes oran por la salud y seguridad de sus familias, en un año marcado por la esperanza y la reflexión ante la creciente inseguridad. La Semana Santa, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús, es un pilar de la identidad montecristense.
Gonzalo Rodríguez, oriundo de Manta, llega cada fin de semana a la Basílica de Nuestra Madre de La Merced para rezar. “Es un tiempo de comunión. Oramos más ahora que el Papa Francisco se recupera de sus problemas de salud, gracias a Dios”, comenta.
Otros, como Víctor Pincay, elevan plegarias por el fin de la violencia que azota el distrito de Manta, incluyendo Montecristi y Jaramijó, donde las muertes violentas han aumentado considerablemente en lo que va de 2025. “Desafortunadamente en ocasiones se pierden vidas inocentes. Estamos acorralados y creo que con nuestra Fe podemos hacer que tengamos un poco de paz”, relató Pincay.
Tradicional Víacrucis en Montecristi congrega a miles de feligreses
El Viernes Santo, 18 de abril, será el clímax con el Víacrucis, una procesión que recorrerá las calles de Montecristi, dramatizando las 14 estaciones de la cruz. Este acto, que espera masiva participación, simboliza penitencia y renovación espiritual. Además, la tradición católica dicta abstenerse de carne roja ese día, un gesto de sacrificio por la crucifixión de Jesús.
“Comemos pescado seco en vez de carne. Es nuestra forma de honrarlo”, explica Pincay. Aunque la Iglesia exime a enfermos y ancianos, la mayoría en Montecristi sigue esta costumbre.
La Basílica, epicentro de las celebraciones, ya acoge misas los viernes, y el Jueves Santo, 17 de abril, tendrá una ceremonia especial a las 19:00. Con estas actividades, Montecristi no solo reafirma su fervor, sino su unión como comunidad. “La fe es nuestro refugio ante los retos”, dice Antonio Castillo un comerciante, reflejando el espíritu de una ciudad que encuentra en la Semana Santa fortaleza y esperanza.
Sergio Gómez