Un equipo de investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y la Universidad de Cambridge en Reino Unido ha demostrado que el mapa corporal del cerebro se mantiene intacto incluso después de la amputación de una extremidad. El descubrimiento, publicado en Nature Neuroscience, contradice la creencia previa de que el cerebro se reorganizaba para compensar la pérdida.
El cerebro conserva el mapa del cuerpo aunque falte la extremidad
El estudio se centró en tres pacientes a los que se les practicó la amputación de una mano. Mediante escáneres cerebrales realizados antes y después de la intervención, los científicos comprobaron que la región correspondiente a la mano continuaba activa casi de la misma forma que cuando la extremidad estaba presente.
«El grado en que el mapa de la extremidad faltante permaneció intacto ha sido asombroso», explicó la profesora Tamar Makin, autora principal del estudio. Según detalla, la corteza somatosensorial ―encargada de interpretar las sensaciones del cuerpo como el tacto, la temperatura o el dolor― mantiene el registro de la mano aun cuando ya no existe físicamente.
Claves para comprender el dolor del miembro fantasma
Este hallazgo ayuda a explicar por qué la mayoría de las personas amputadas experimentan sensaciones como dolor, picazón o movimiento en extremidades que ya no están. El investigador Hunter Schone, de la Universidad de Pittsburgh, señaló que los nervios que permanecen en el muñón envían señales confusas al cerebro.
Al analizar también los mapas de labios y manos, los investigadores confirmaron que no hubo evidencia de reorganización cortical. Incluso un algoritmo de inteligencia artificial fue capaz de identificar el movimiento de dedos «fantasma» de manera precisa, lo que refuerza la idea de que la representación cerebral de la mano sigue existiendo.
Estabilidad a largo plazo y avances tecnológicos
Para complementar los resultados, los investigadores compararon los datos con 26 personas que habían sufrido amputaciones más de dos décadas antes. Los mapas cerebrales mostraron la misma estabilidad, lo que sugiere que las representaciones de las extremidades amputadas permanecen a lo largo de toda la vida.
Este hallazgo tiene un gran potencial en el desarrollo de prótesis robóticas más precisas. Según Chris Baker, de los Institutos Nacionales de Salud, si el cerebro se reconfigurara totalmente tras la amputación, las tecnologías que buscan “leer” la señal cerebral para mover prótesis no funcionarían. “Nuestros hallazgos ofrecen una verdadera oportunidad para mejorar estos dispositivos”, aseguró.
Implicaciones médicas y terapéuticas tras amputaciones
Uno de los pacientes del estudio, que sufría un dolor intenso antes de la amputación, fue sometido a un procedimiento especial en el que los nervios se injertaron en un nuevo músculo y piel. Como resultado, dejó de sentir dolor. Los otros dos, que recibieron el tratamiento estándar, siguen experimentando el síndrome del miembro fantasma.
Esto refuerza la idea de que replantear las cirugías de amputación podría ser clave para reducir el dolor. Y para mejorar la calidad de vida de los pacientes. “El cerebro se aferra al cuerpo, esperando a que nos reconectemos”, señaló Schone.
Redefiniendo la reorganización cortical
El estudio también abre la puerta a replantear conceptos clásicos en neurociencia. Para Juan de los Reyes Aguilar, del Hospital Nacional de Parapléjicos en España, los datos sugieren que la reorganización cortical es mucho más compleja de lo que se pensaba y que debe analizarse en términos de alteraciones en la percepción sensorial, más que en simples expansiones de áreas cerebrales vecinas.
Un paso hacia nuevas terapias
En conclusión, el descubrimiento de que los mapas cerebrales permanecen inalterados tras una amputación no solo contradice décadas de literatura científica, sino que también ofrece nuevas perspectivas para abordar el dolor del miembro fantasma y para diseñar prótesis robóticas que logren reproducir sensaciones de textura, temperatura y forma.