Día de la Mujer. Pilarcita, la mujer manabita de 103 años que teje sombreros a mano y rompe un récord



Pilarcita Véliz Saltos es incombustible. A sus 103 años aún realiza la labor de tejer sombreros. Ella reside en la capital de los manabitas.

Su historia que más parece sacada de un libreto de la Rosa de Guadalupe, se da en la húmeda comunidad San José de Picoazá. Esto en Portoviejo, capital de Manabí. Empezó a hilvanar la paja en el ya lejanísimo 1931 cuando apenas tenía 10 años.

Su abuelita María Guillermina Rivas, con esa sapiencia rural, le inculcó que aprendiera el oficio. “Esta Pajita le dará una profesión para toda la vida” le indicó su sabia abuela.

La mujer no se equivocó, pues 93 años después ella sigue confeccionando las hermosas prendas. Y es posiblemente la ecuatoriana más longeva en trabajar rutinariamente cada día, incluidos los feriados.

Pilarcita Véliz, a su edad no trabaja por hobbie o entretenimiento, sino que con su labor mantiene económicamente a su familia, afectada por calamidades. También es evidente su impresionante lucidez para conversar, su timbre de voz claro y fuerte.

Es dueña de una audición impecable, tanto así que uno tiene que mirar una y otra vez su cédula para comprobar que nació el 8 de julio de 1921. Exactamente en cuatro meses cumplirá 104 años.

Su primera hija, a quien bautizó como María Guillermina, en honor a su abuelita, tiene una discapacidad que le hizo perder la visión. Ya ahora ronda los 70 años. Guillermina es madre soltera y tiene una hija que  sufre de ataxia cerebelosa. Se trata de una grave condición neurológica que la tiene confinada en el piso.

En la sala de la humilde casa de cañas no hay muebles, menos dinero para llevarla a un médico especialista que le ayude en su tratamiento. El cuarto integrante del hogar es el hijo mayor de María Guillermina.Se trata de Ignacio Mero, quien dedica su vida a atender a las tres mujeres.

Así, la única labor o trabajo que se realiza en la casa es la confección de sombreros de paja toquilla. Teje dos a la semana. Hasta los 95 años era una máquina para tejer y hacía 5 semanales, señala con un poco de nostalgia.

Pilarcita recibe apenas diez dólares por sombrero

En la actualidad por cada sombrero le cancelan 8 dólares, pero hay que ir a negociar a las tiendas de Montecristi. Allí esta prenda se vende en decenas de tiendas elegantes a turistas europeos.

De esa labor se encarga Ignacio, quien viaja hasta dicha ciudad a entregar. Él explica que los sombreros de Pilarcita no tienen el “acabado” (para lo cual se requiere una máquina),  ni tampoco lleva la cinta negra que le da el toque final de mayor elegancia.

Cuando la tejedora manabita ha concluido unas diez prendas Ignacio las vende. Con los 80 dólares de ganancia compra medicinas y alimentos. Pilarcita es de buen comer y gusta sobre todo de pescados pequeños, como la caritas, cucharita y caballas verde que disfruta asadas o en caldos.

De hecho su platillo favorito es el caldo de pinchagua, recordó, siempre con una sonrisa de complicidad que enternece más a quienes la tratan.

Pilarcita también esta pendiente de ‘Muñeca’, una perrita afelpada a la cual rescató de las garras del hambre y los peligros de la calle, hace unos doce años. La mascota es la única de todos los animales de la familia que tiene el privilegio de estar en la sala-cuarto de trabajo de Pilarcita.

“Mi viejita, no se asuste” le dice Pilarcita a Muñeca con quien parece tener una sincronismo mecánico, pues a pesar de su peso el animal se acomoda tan bien para no lastimar a su centenaria dueña.

Anhela cumpliar 104 años y tener su propia casita

A pesar de todas las circunstancias y problemas que esta manabita ha padecido, no se lamenta de su suerte. Dice que ha tenido una vida “como me destinó mi Dios” y señala que ya está lista para partir a su encuentro.

No obstante, Pilarcita aún tiene sueños y uno de ellos es celebrar sus 104 años en julio. Anhela tener una casita digna donde el baño esté en el mismo cuarto y no en el lodo como sucede ahora. Para usarlo debe bajar en las noches por la escalera de palos que la conecta con el patio de su casa.

Galo Mero Demera.



Jose Moreira

Periodista santodomingueño, nacido el 14 de junio de 1987. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, mención Periodismo por la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Con 17 años de trayectoria en el periodismo, desde sus años universitarios se vinculó al mundo de la comunicación, trabajando para medios Ediasa. Fundador de los diarios: La Marea, Centro y El Río.