Crónica. Un incendio destruye un negocio familiar, pero la solidaridad lo revive
Un incendio destruyó el negocio de venta de hornados de una pareja en Portoviejo, pero la solidaridad de amigos, familiares y clientes logró que el emprendimiento resurgiera.
Un incendio en un local de venta de hornados cambió por completo la vida de Andrés Plúa Cedeño y su esposa Ana Delgado Mendoza. La pareja empezó su negocio de hornados de chancho el 16 de agosto de 2024, luego de que Andrés, tras perder su empleo, y con una depresión que lo acompañaba, decidiera emprender una aventura culinaria inspirada en su abuela, Zunilda Molina Romero. La abuela, muy conocida en Rocafuerte por su comedor frente al hospital, fue su fuente de inspiración.
Con 200 dólares que le dieron de liquidación y una gran dosis de coraje, Andrés y Ana comenzaron en un pequeño kiosco de la avenida Bolivariana, en Portoviejo. Los primeros días fueron difíciles, pero familiares, amigos y conocidos apoyaron la iniciativa, comprando sus platos y ayudando a difundir el negocio. Con mejores ventas, nuevos utensilios y mesas se adquirieron, ya que con las que iniciaron eran prestadas, como todo lo demás.
Después del incendio del negocio llegó la solidaridad
Luego del incendio que los dejó sin nada, lo más sorprendente fue la ayuda recibida de la comunidad. Vecinos y familiares se unieron para restaurar el negocio, ayudando a pintar el local y hacer reparaciones. Incluso los clientes donando dinero o comprometiéndose en comprar varios platos de hornado, ayudaron a la reactivación.
En solo siete días, “La Engordación” reabrió sus puertas, gracias al esfuerzo colectivo en el mismo kiosko restaurado y aunque es alquilado, es su fuente de progreso. La desesperación dio paso a la esperanza y a la determinación por seguir adelante.
A pesar de las limitaciones, Andrés y Ana se sienten agradecidos por la ayuda recibida. El negocio está en pleno proceso de recuperación y, aunque aún les queda trabajo por hacer, han comenzado a dejar atrás el dolor de la pérdida que les originó el incendio.
El local sigue funcionando en la avenida Bolivariana, ciudadela Los Tamarindos, en Portoviejo. El renacer de su emprendimiento es un testimonio de la solidaridad y la fortaleza de la familia Plúa Mendoza y de su comunidad. Los platos de hornado se sirven en ollas de barro y con un toque de cariño, que los hace especial, aseguran la pareja de emprendedores.