¿Cómo controlo la diabetes con mi alimentación?



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La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo y Ecuador no es la excepción. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos ha aumentado considerablemente en las últimas décadas.

Aunque el tratamiento farmacológico es esencial, la alimentación juega un papel crucial en el control de este mal. Aquí te explicamos cómo puedes controlarla mediante una dieta adecuada, respaldada por estudios científicos y recomendaciones médicas.

Uno de los pilares fundamentales en la dieta de una persona con diabetes es el control de los carbohidratos. Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, los carbohidratos se descomponen en glucosa en el cuerpo.

Consumir carbohidratos complejos como granos enteros, vegetales y legumbres, puede ayudar a mantener niveles estables de glucosa. Se requiere evitar el arroz, papa, yuca, plátano, entre otros.

Menos carbohidratos cuando existe diabetes

Los alimentos antes mencionados tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que liberan glucosa lentamente en el torrente sanguíneo.

Controlar la ingesta de carbohidratos ayuda a evitar picos de azúcar en la sangre. Su bajo consumo es crucial para prevenir, además de la diabetes, complicaciones a largo plazo como enfermedades cardiovasculares y daño renal.

Por otra parte, la fibra es otra pieza clave en la dieta de una persona con la enfermedad. Investigadores de la Clínica Mayo de Minnesota, Estados Unidos, han demostrado la importancia de una dieta rica en fibras.

De acuerdo con su análisis, no solo mejora el control del azúcar en la sangre, sino que también ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas con prediabetes.

Alimentos como frutas, vegetales, nueces y granos enteros son ricos en fibra soluble. Su ingesta, por ejemplo, retarda la absorción de azúcar en el cuerpo.

Importancia de fibras y grasas para controlar la enfermedad

La fibra ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre y promueve la sensación de saciedad. Aquello puede ser beneficioso para el control del peso, otro factor crucial en la gestión de la diabetes.

Por otra parte, las grasas saludables también juegan un papel importante en la dieta de una persona con diabetes. Un estudio de la Universidad de Oxford sugiere que consumir grasas insaturadas puede mejorar la sensibilidad a la insulina.

Estas se encuentran en el aceite de oliva, aguacates y pescados grasos como el salmón. Ingerirlos ayuda a mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango óptimo y saludable.

Las grasas saludables no solo mejoran la función de la insulina, sino que también pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Este aspecto es una preocupación común entre las personas con diabetes.

El papel de las proteínas en la gestión de la diabetes

Las proteínas son un componente esencial de una dieta equilibrada para personas con esta patología. Según la Asociación Americana de Diabetes, elegir proteínas magras como pollo, pescado, tofu y legumbres es fundamental.

Estas opciones no solo proporcionan los nutrientes necesarios sin añadir grasas saturadas. También ayudan a controlar el apetito y mantener el peso bajo control.

Las proteínas ayudan a reparar y construir tejidos. Además de proporcionar una fuente de energía constante sin afectar los niveles de glucosa en la sangre.

Asimismo, eliminar o reducir al máximo los azúcares añadidos es una recomendación universal para quienes viven con diabetes. La Universidad de Stanford señala que pueden causar picos de glucosa en la sangre y contribuir al aumento de peso, lo que agrava la resistencia a la insulina.

En esa línea sugiere que se evite al máximo el consumo de azúcares añadidos para contener la agresividad de la enfermedad. Aquellos están presentes en refrescos, gaseosas, bebidas carbonatadas, dulces y muchos alimentos procesados.

Hay que seguir las recomendaciones médicas y nutricionales

Mantener los azúcares añadidos fuera de tu dieta es vital para prevenir complicaciones asociadas con la diabetes, como daño nervioso y problemas de visión.

Adicionalmente, planificar las comidas es esencial para el manejo efectivo. Según la Universidad de Michigan, dividir la ingesta calórica diaria en comidas pequeñas y frecuentes ayuda a mantener los niveles de glucosa estables.

También, combinar carbohidratos con proteínas y grasas saludables en cada comida puede evitar subidas bruscas en los niveles de azúcar en la sangre. Aquello ayuda a prevenir fluctuaciones peligrosas en los niveles de glucosa, mejorando así la calidad de vida.

Controlar la diabetes con la alimentación es posible si se siguen pautas científicas y recomendaciones médicas. Elegir carbohidratos complejos, consumir suficiente fibra, optar por grasas saludables y proteínas magras, evitar los azúcares añadidos y planificar adecuadamente las comidas son estrategias clave.