Siete cambios de funcionarios para el cargo de coordinador zonal de Salud durante el año más duro, el de la pandemia por el coronavirus, muestra lo venido a menos que está el manejo sanitario.

Sobre los coordinadores zonales y otros funcionarios de salud de Manabí pende una especie de censura dispuesta desde la llamada planta central, a tal punto que no pueden manifestarse públicamente si no tienen la autorización de los llamados mandos medios. Ellos no pueden responder en temas de interés ciudadano, como los avances de la construcción de hospitales y la provisión de medicamentos, solo por citar ejemplos.

La llamada desconcentración no funciona, pues hasta las compras de elementales insumos tienen que hacerse con conocimiento de la burocracia central.

Lo más preocupante es que esa rotación de funcionarios impide que se dé continuidad a los programas de trabajo y a que haya un conocimiento real de la situación sanitaria.

Es de esperar que esta práctica criticable de centralizar las vocerías y los procesos, además de los cambios frecuentes de funcionarios en un área tan elemental terminen.