Un estudio de la Universidad Tongji de China ha revelado que la Antártida Oriental registró un aumento de masa de hielo de 108 gigatoneladas por año entre 2021 y 2023, un fenómeno inesperado que contrasta con las tendencias de deshielo global. Publicado en Science China Earth Sciences, el hallazgo, basado en datos satelitales GRACE y GRACE-FO de la NASA, ha sorprendido a la comunidad científica y plantea nuevas preguntas sobre el cambio climático.
El incremento, observado en regiones como Wilkes Land y Queen Mary Land, marca una ruptura con el período 2011-2020, cuando la Antártida perdió un promedio de 142 gigatoneladas de hielo al año. Glaciares como Totten, Denman y Moscú, previamente en retroceso, muestran ahora signos de recuperación. Los investigadores atribuyen este cambio a precipitaciones inusualmente altas, que han incrementado la acumulación de nieve en estas zonas.
La Antártida y el calentamiento global
Sin embargo, los expertos advierten que este fenómeno no implica una detención del calentamiento global. El aumento de nieve podría estar ligado a un aire más cálido, capaz de retener mayor humedad, lo que genera más precipitaciones en forma de nieve. Este comportamiento no compensa el continuo deshielo en la Antártida Occidental, donde los glaciares siguen retrocediendo a un ritmo alarmante.
El impacto de esta ganancia de hielo ha reducido marginalmente la contribución de la Antártida al aumento del nivel del mar, pasando de una media de 0,3 mm por año a una disminución equivalente. No obstante, los científicos enfatizan la necesidad de interpretar estos datos con cautela. “Lo que parece una buena noticia podría ser parte de un ciclo temporal más complejo”, señaló el equipo de la Universidad Tongji.
El contraste con otras regiones
El contraste entre el este y el oeste de la Antártida subraya la naturaleza dinámica e impredecible del sistema climático. Mientras algunas regiones acumulan hielo, otras continúan perdiéndolo, lo que refleja la complejidad de los patrones climáticos globales. Este descubrimiento resalta la importancia de un monitoreo continuo con tecnologías avanzadas para comprender si esta tendencia persistirá o si se trata de una fluctuación pasajera.
El estudio también pone en evidencia los desafíos de predecir los efectos del cambio climático. Aunque el aumento de hielo en la Antártida Oriental puede parecer alentador, los investigadores insisten en que no debe llevar a conclusiones apresuradas. La acumulación de nieve, lejos de ser una señal de enfriamiento, podría ser un síntoma más de un clima en transformación.
La comunidad científica coincide en que solo una observación a largo plazo permitirá determinar la relevancia de este fenómeno. Por ahora, la Antártida sigue siendo un recordatorio de cuán cambiante es el clima terrestre y de la necesidad de seguir investigando para descifrar sus patrones. (10)
