Franyelis es sobreviviente de explosión y lleva dos años pidiendo ser indemnizada



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A Franyelis Guevara le habían amputado una parte de su pie izquierdo cuando recibió la visita de un empresario en el hospital. Ella estaba internada  en la sala de recuperación del Rafael Rodríguez Zambrano, y de pronto apareció el dueño de una fábrica de atún con 40 dólares en las manos, recordó.
El hombre, dijo, se acercó a su cama y le ofreció ayudarla a cambio de no ser denunciado en la Fiscalía ni el Ministerio de Relaciones Laborales. “Me prometió entre 30 y 40 dólares por semana hasta que me recuperara”, expresó Franyelis, quien perdió su pie en una fábrica cuando se registró la explosión de un caldero.
Ella aceptó la ayuda a cambio de firmar un documento de mutuo acuerdo, pero el empresario se negó. “Él quería un acuerdo de palabra”, explicó.
Desde entonces, Franyelis impulsa una demanda en Manta donde busca ser  indemnizada con un objetivo: comprar una prótesis especial para poder caminar con normalidad.
La explosión se registró hace dos años en la parroquia Los Esteros, y desde entonces exige recibir una reparación justa.

> Indemnización. Su caso es investigado en la Fiscalía de Manta como homicidio culposo, pero desde hace un mes dio un giro, porque el proceso fue enviado al Ministerio de Relaciones Laborales para que una inspectora abra una investigación y fije la indemnización.
Franyelis contó que hace una semana terminó las terapias de rehabilitación y recién puede afirmar el talón y dar sus primeros pasos. Antes no podía caminar y usaba muletas.
Ahora debe empezar la segunda fase de la rehabilitación, que consiste en adaptar una prótesis para poder estar de pie, caminar con firmeza y no perder el control de su cuerpo. Y por eso exige ser indemnizada para comprar la prótesis y no caer al caminar. “Mi recuperación ha sido dura, larga y difícil. Ahora me siento impotente al no poder trabajar”, expresó.
Ella cree que su caso ha estado estancado por la indolencia de las autoridades que no desean ayudarla. La explosión se registró el 6 de agosto del 2020, y hubo tres personas fallecidas que quedaron desmembradas y calcinadas. El fiscal Paco Delgado informó que la tragedia se produjo en la fábrica Conservas Tropical Compañía Limitada, y la investigación aún continúa abierta porque no han dado con responsables de la explosión.

> Explosión. El caldero es usado para generar vapor y esterilizar todas las herramientas que se usan para el procesamiento del atún. También sirve para hervir el pescado y elaborar chifles. La explosión  de este equipo se produjo cuando Franyelis pelaba plátanos, y el estallido la lanzó al piso. En cuestión de segundos las paredes se desplomaron, y sus piernas quedaron aplastadas entre escombros. Fue ahí que perdió parte de su pie.
Durante el estallido, este aparato industrial salió expulsado a una distancia de 200 metros y destruyó paredes, bombas, puertas, cerramientos, aljibes, galpones y una camioneta.
El abogado Ericko Gómez está al frente de la defensa de Franyelis y manifestó que han vulnerado sus derechos como madre, obrera y mujer. “Nuestro temor es que el caso se archive y no sea indemnizada tras quedar con una incapacidad permanente”, expresó.
Gómez contó que su cliente sufre estrés postraumático. “También padece de depresión y pesadillas”, agregó.
La Marea se contactó con la inspectora del Ministerio de Relaciones Laborales, Nieve Vásquez, quien evitó pronunciarse sobre el caso. “No puedo hablar de ese tema”, dijo vía telefónica.

Franyelis Guevara es venezolana y tiene 28 años de edad. El día de la explosión iba a ganar 20 dólares por pelar plátanos para freír chifles. Contó que una placa de cemento cayó sobre su pie izquierdo y le trituró todos los huesos de los cinco dedos. Por ese motivo tuvieron que amputarle la mitad de su pie. Ella llegó hace cinco años a Manta.