Luego de varias denuncias, mediante técnicas de investigación avanzadas, la Policía descubrió una red de extorsión que operaba desde el Centro de Privación Provisional de Libertad (CPPL) Masculino Pichincha N.º 1, en Quito. Un interno, utilizando comunicaciones telefónicas, lideraba las operaciones extorsivas, amenazando a dueños de negocios y profesionales con atentados contra sus vidas si no pagaban sumas de dinero. Las víctimas, bajo presión, transferían fondos para evitar represalias.
El recluso actuaba en complicidad con un ciudadano extranjero, quien ejecutaba las acciones fuera de la prisión. Los agentes, tras rastrear las comunicaciones, localizaron al cómplice en la parroquia Calderón, un sector al norte de Quito. En un operativo ejecutado este 16 de mayo de 2025, ambos fueron aprehendidos y puestos a disposición de la autoridad judicial para enfrentar cargos por extorsión, conforme al Código Orgánico Integral Penal (COIP). La intervención se realizó sin incidentes, asegurando la custodia de los sospechosos.
Durante los allanamientos, la Policía incautó nueve celulares y una cantidad de dinero en efectivo, evidencias que vinculan a los detenidos con las extorsiones. Los dispositivos, utilizados para realizar las llamadas amenazantes, fueron trasladados al Centro de Almacenamiento de Indicios y Evidencias (CAIE) con cadena de custodia para análisis forense. El dinero, presuntamente producto de los pagos extorsivos, está bajo investigación para determinar su origen.
Red de extorsión desde cárceles en Ecuador
Quito, como otras ciudades de Ecuador, enfrenta un aumento de extorsiones originadas en centros penitenciarios, con 150 casos reportados en 2025, según datos de la Policía Nacional. El CPPL Pichincha N.º 1, diseñado para detención provisional, ha sido señalado como punto de operaciones de redes criminales que aprovechan el acceso a teléfonos móviles. Estas actividades afectan a comerciantes, médicos y otros profesionales, generando temor y pérdidas económicas.
La Policía Nacional ha intensificado los operativos en cárceles para controlar el uso de dispositivos móviles. Las autoridades coordinan con el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) para instalar inhibidores de señal y realizar inspecciones regulares. Sin embargo, la porosidad de los controles permite la continuidad de estos delitos.
El objetivo es la desarticulación de bandas dedicadas a la extorsión y otros delitos
La desarticulación de esta red representa un avance en la lucha contra la extorsión en Quito. Los comerciantes de Calderón, al conocer las detenciones, expresaron alivio, pero solicitaron mayor presencia policial. Las víctimas, protegidas por la confidencialidad, colaboran con las investigaciones para identificar otros posibles implicados.
La Policía anunció que los operativos continuarán en el CPPL Pichincha N.º 1 y otras cárceles. Los agentes analizan los nueve celulares para rastrear contactos y pagos, buscando desmantelar redes más amplias. La ciudadanía fue exhortada a denunciar extorsiones al ECU-911. Quito, mientras tanto, espera que estas acciones reduzcan el temor que acecha a sus negocios y hogares.
