En Ecuador, múltiples estudios señalan una relación directa entre el bienestar emocional de las personas y su nivel de estabilidad financiera. Esta conexión se ha vuelto más evidente en los últimos meses, en medio de un entorno económico complejo, donde las dificultades monetarias han incrementado los niveles de estrés familiar y afectado la salud mental de miles de ciudadanos, especialmente en sectores urbanos.
Aumentan los casos de ansiedad relacionados con problemas económicos
Las principales causas identificadas son el desempleo, el sobreendeudamiento, la falta de ingresos fijos y la imposibilidad de cubrir gastos esenciales como vivienda, alimentación o educación.
En los centros de atención primaria reportan un aumento de pacientes que manifiestan angustia por no poder cumplir con sus obligaciones económicas. Esto también ha hecho que en las instituciones educativas y centros comunitarios han reforzado los servicios de atención psicológica ante la creciente demanda, explica la docente María del Carmen Menéndez.
Estabilidad financiera y salud mental: dos ejes interdependientes
Especialistas en economía familiar y salud mental coinciden en que la estabilidad financiera contribuye significativamente a mantener un buen estado emocional. Contar con ingresos constantes, evitar deudas excesivas y tener un fondo de emergencia reduce la incertidumbre y favorece la toma de decisiones racionales en el hogar.
“La ansiedad financiera es un fenómeno real y puede desencadenar otros problemas como insomnio, deterioro en las relaciones personales o bajo rendimiento laboral”, señala la psicóloga Vanessa Armendáriz.
En contraste, personas con una situación económica más equilibrada tienden a experimentar menores niveles de angustia y muestran mayor capacidad para enfrentar eventos inesperados.
Impacto en la vida familiar y las relaciones personales
El estrés económico no solo afecta al individuo, sino que repercute en todo el entorno familiar. La tensión generada por la falta de recursos puede provocar conflictos de pareja. Asimismo, dificultades en la crianza de los hijos y un ambiente emocionalmente inestable en el hogar, recalca Armendáriz.
La psicóloga indica que el 62 % de las familias con inestabilidad económica presentan algún tipo de conflicto doméstico derivado de preocupaciones financieras. Entre los más comunes están las discusiones por el manejo del dinero, las decisiones sobre gastos y la presión por cubrir necesidades básicas.
Medidas preventivas y estrategias de afrontamiento
Para reducir el impacto de la incertidumbre financiera en la salud mental, los expertos recomiendan aplicar medidas preventivas como la planificación del gasto. También la eliminación de deudas innecesarias y el establecimiento de metas de ahorro.
Además, enfatizan la importancia de la educación financiera desde edades tempranas como un mecanismo para evitar ciclos de endeudamiento y dependencia económica.
El vínculo entre bienestar emocional y estabilidad financiera es claro y respaldado por evidencia. En un contexto económico desafiante como el actual, promover hábitos financieros saludables y brindar apoyo emocional a quienes enfrentan dificultades se convierte en una estrategia esencial. Esto para preservar la salud integral de las familias ecuatorianas.