Cada año, el Pacífico Sur se convierte en el escenario de un espectáculo natural: las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) emprenden uno de los viajes más largos del mundo animal. Desde las frías aguas de la Antártida, estas gigantes recorren hasta 16.000 kilómetros para llegar a las cálidas costas de Manabí, en Ecuador, donde vienen a reproducirse y dar a luz.
Según datos del Ministerio de Turismo de Ecuador, entre junio y octubre, estos cetáceos no solo llenan de asombro a científicos y turistas, sino que también le dan un buen empujón al turismo local.
Este espectáculo marino, posiciona a Puerto López como epicentro del turismo ecológico, y convoca cada año a medios, científicos, ONG ambientales y turistas de diversas partes del mundo.
Un viaje de amor y resistencia hacia Manabí
La migración de las ballenas jorobadas no es cualquier paseo: es una verdadera prueba de aguante y adaptación. En el verano austral, se alimentan sin parar en las aguas heladas de la Antártida, guardando reservas de grasa para lo que viene. Cuando el invierno se asoma, nadan rumbo al norte buscando las aguas cálidas del Pacífico donde pueden dar a luz sin peligro para sus crías.
Expertos en Ecuador han seguido de cerca este fenómeno y confirman que estas ballenas tienen memoria de elefante: año tras año, regresan al mismo lugar donde nacieron, tanto para alimentarse como para criar.
Lo que debes saber
- Las ballenas jorobadas ayunan durante su estancia en aguas tropicales, subsistiendo con las reservas de grasa acumuladas en la Antártida.
- Las crías nacen pesando alrededor de 1 a 2 toneladas y miden aproximadamente 4,5 metros de largo. Ganan peso rápidamente, unos 45 kg al día, al alimentarse de la rica leche materna.
- El patrón único de la aleta caudal de cada ballena permite a los científicos rastrear individuos a través de las migraciones.
- Las ballenas jorobadas son conocidas por sus exhibiciones acrobáticas.
Más que un show: impacto real de las ballenas jorobadas
Estas ballenas no solo decoran el mar con sus saltos y coletazos. Su presencia tiene un rol clave en el equilibrio marino, ayudando a mantener el ciclo de nutrientes en el océano. Además, su paso por Manabí es un motor para la economía. Cada año atraen a miles de turistas, fortaleciendo el turismo ecológico y la conservación marina. Por eso, el Ministerio de Turismo ha puesto reglas claras para que el avistamiento sea responsable y seguro: nada de acercarse demasiado o molestar a los animales.
Desde 2007, mediante un acuerdo interministerial, se declaró el 22 de junio como el Día Nacional de la Ballena, reconociendo a Puerto López como Santuario de Ballenas de Sudamérica. Este hito ha impulsado múltiples programas de educación ambiental e investigaciones científicas sobre el comportamiento y migración de los cetáceos.
Aunque han logrado recuperarse tras décadas de caza indiscriminada, las ballenas jorobadas siguen enfrentando grandes amenazas. El cambio climático, la contaminación acústica, las redes de pesca y los choques con embarcaciones representan un riesgo. Organizaciones como WWF insisten en que la protección debe continuar si queremos que estas gigantes sigan cruzando los mares. (36)
