Las frecuentes denuncias de hechos de corrupción que terminan por pasarle factura al Estado demandan una detallada revisión de los casos y una decidida aplicación del recurso de repetición para recuperar la mayor parte posible de los recursos mal usados.
Lamentablemente, las denuncias por corrupción son frecuentes en el país, en todos los poderes del Estado y en todos los niveles. Los recursos públicos se convierten en fuente de riqueza de inescrupulosos servidores y dignatarios cuyas acciones privan a los ciudadanos de recibir mejores servicios.
Incluso los actos que, en apariencia, resultan menos significativos representan un mal uso de los fondos estatales.
“Uno de los mecanismos debe ser la devolución de los bienes y recursos mal habidos”.
Aparte de un retorno a los principios éticos, que es lo ideal, es necesario que en el país se apliquen con severidad las leyes que castigan a la corrupción, y uno de los mecanismos debe ser la devolución de los bienes y recursos mal habidos, sin perjuicio de otras sanciones.
Es hora de que se ponga un alto a la corrupción. La falta de sanciones y la flexibilidad de las normas hacen que este tipo de prácticas ilícitas parezca haberse institucionalizado y eso no es lo correcto.
Editorial de El Diario publicado este viernes 6 de mayo del 2022 en nuestra edición impresa.