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Luz Gutiérrez sabe que las esperanzas de que encuentren con vida a su esposo, Alfredo Cevallos (46), quien era pescador, son nulas.

Él desapareció junto con el pesquero industrial Sea Gem, que se incendió y luego naufragó, en la tarde del 28 de junio, cerca de la isla Samoa Americana.

De vez en cuando, dijo Luz, lo acompañaba hasta Guayaquil, de donde partía hacia Colombia, para desde allá zarpar en el barco. El pescador tenía veinte años en estas labores en el mar. En la compañía a la que pertenecía el barco tenía cerca de un año.

Siempre quiso ser pescador

Alberto Cevallos señaló que su hermano se preparó desde muy joven para hacerse a la mar con cursos de maquinistas.

Además tomó cursos de marinero pescador y, luego de contar con sus títulos, aplicó para el puesto y lo aceptaron.

Aprendió, dijo Alberto, en los años que lo tuvo de asistente en su taller de reparación de motores fuera de borda.

Refiere que su hermano era muy atento, siempre alegre, y nunca recriminaba por nada.

Lo que sucedió en altamar

Sobre lo acontecido, la familia del pescador señaló desconocer tal situación, porque, a pesar de que la tripulación arribó a Manta, nadie se ha acercado a darles a conocer lo que sucedió el día del accidente.

El sábado anterior, en una funeraria de la ciudad, se cumplió una velación de sus fotografías. Hasta allí acudieron familiares de amigos.

Luz señaló que se quedaron en promesas los planes y sueños que tenía su esposo con la familia para su llegada. Alfredo Cevallos es el único desaparecido del naufragio del Sea Gem.