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María Eliza Delgado Pinargote (35) le envía un mensaje a la profesora que no creyó en ella en la universidad.

Debido a su condición con síndrome de Down, durante toda su vida estudiantil soportó muchas humillaciones y momentos de discriminación, sostiene.

Hoy, sin embargo, demuestra a quienes la marginaron que las barreras no existen y, a pesar de su discapacidad, logró la licenciatura en Trabajo Social y tiene un espacio ganado en la sociedad.

María Eliza dijo que cuando era niña fue rechazada de varias escuelas en Manta, donde incluso hasta los mismos directivos la trataron despectivamente como “niña mongólica”.

“Lloré mucho, sentí mucha impotencia, quería destruir las cosas, pero con el apoyo de mi mamá aprendí a controlarme”, relató. En una escuela del barrio Altamira la aceptaron.

Llegó la etapa de la secundaria y sucedió igual, hasta que el colegio Ríos de Agua Viva le dio la oportunidad de estudiar.

Allí fue bachiller en Ciencias Informáticas, y luego ingresó a la Universidad Eloy Alfaro de Manabí a estudiar Trabajo Social.

La discriminación persistía, incluso hasta de una maestra extranjera, quien le dijo a su madre que mejor la retirara de la universidad.

Era el 2012 y eso, más la marginación de algunos de sus compañeros, la obligaron a dejar de estudiar, pero en el 2015 reingresó y hoy concluyó sus estudios universitarios.

Maestra no creyó en maría Eliza

Con voz entrecortada, María Eliza saca fuerzas y envía un mensaje a la profesora que no creyó en ella: “Gracias por ese rechazo, porque eso me dio más fuerzas para retomar y seguir estudiando la carrera”.

Agrega que su regreso lo debe a la persistencia de su madre y a la seguridad que Dios le brindó para seguir adelante.

María Eliza señala que escogió la carrera de Trabajo Social porque le gusta ayudar a las personas, conocer sus necesidades y condiciones en las que viven, pero también porque se identifica con muchas personas que han palpado situaciones adversas como ella.

“Mi carrera me permite mostrar el lado humanitario que todo ser debe tener”, subrayó.

Mientras espera la fecha del acto de incorporación, hace planes y desea festejar este logro junto con su madre, Nancy Pinargote, en un viaje dentro de Ecuador.

Pero sus aspiraciones van más allá, y anhela estudiar una maestría y ejercer su profesión. Las personas con síndrome de Down a menudo tienen dificultades de desarrollo, como ser más lentas para aprender a hablar que otros niños.