El investigador y sismólogo Hugo Yepes, habló en una entrevista sobre el enjambre sísmico que desde inicios de mes se presenta frente a las costas de la provincia de Manabí.
Yepes mencionó que se trata de un fenómeno natural que no tiene fecha específica de culminar ya que “en la naturaleza no hay que dar certezas”.
Indicó que así como aparecen, desaparecen sin que haya un evento mayor o principal.
Ante el cuestionamiento de que si habrá o no un nuevo terremoto en la provincia, Yepes respondió con otra pregunta y cuestionó si los ciudadanos están preparados o no.
“Yo estaría tranquilo si hice el deber que me impuso la naturaleza en 2016”.
Se refiere a que la naturaleza recordó que hay que revisar “las estructuras, las casas, los medios de vida, planes familiares, públicos, su preparación. Deben estar listos para pasar bien el “examen”. Podemos estar tranquilos si es que hemos hecho el deber”, dijo.
Según el Instituto Geofísico, en esta zona marina frente a la provincia de Manabí, se ha detectado un enjambre sísmico desde el pasado 1 de junio, un fenómeno que se caracteriza por la ocurrencia de varios eventos en un período de tiempo y en una zona geográfica restringida, sin que se reconozca un sismo principal o sus réplicas.
El enjambre, que a principios de mes se localizaba en la parte norte de la zona marina de Manabí, se ha ido desplazando hacia el sur, alrededor de la Isla de la Plata.
Ecuador se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del planeta y es escenario de una fuerte actividad sísmica.
Además de Ecuador, el Cinturón comprende a una gran cantidad de países del contorno del océano Pacífico, que en la parte americana incluye a Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá.
El pasado 16 de abril, Ecuador recordó el quinto aniversario de uno de los terremotos más destructivos de su historia reciente, de magnitud 7,8.
Ese fenómeno natural, ocurrido el 16 de abril de 2016, dejó más de 670 fallecidos, miles de afectados, así como millonarias pérdidas materiales.
Dicho terremoto azotó con intensidad a las provincias de Esmeraldas y Manabí, pero también afectó otras zonas y se sintió con fuerza, incluso, en la capital ecuatoriana, Quito.