Más de 10 mil familias ecuatorianas se han beneficiado del proyecto “Cadenas de valor inclusivas y sostenibles” desplegado en cinco provincias con la financiación de la Unión Europea (UE), se informó este martes.
Implementado por el Comité Europeo para la Formación y la Agricultura (CEFA) en asociación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Cooperación Alemana (GIZ), el proyecto benefició a más de 10 mil familias productoras de cacao y café, y 1.500 familias productoras de quinua en las provincias de Sucumbíos, Orellana, Napo, Manabí y Chimborazo.
“El proyecto contó con un financiamiento de 6 millones de euros por parte de la Unión Europea”, señala un comunicado conjunto de CEFA y al UE.
Con el programa, se cumple “con el objetivo fundamental de fortalecer y difundir modelos de cadenas de valor inclusivas, participativas y asociativas, en el marco de las políticas públicas en Ecuador, adecuados en términos de inclusión de género, sostenibilidad ambiental e institucional y generadores de ingresos económicos para los hogares del país”, dijo Charles Michel Geurts, embajador de la UE en Ecuador.
La iniciativa permitió establecer un proceso participativo de generación de capacidad en todos los eslabones de las cadenas de valor, en colaboración con instituciones públicas, privadas, de cooperación y la academia.
Durante los cinco años y medio de trabajo en las mencionadas provincias, se consiguió un aumento de la productividad promedio de 162 %, con el mayor aumento para el café robusta.
“Este incremento no concierne únicamente a la cantidad sino también a la calidad y por eso, se registró un incremento anual del precio promedio pagado por la producción”, reza el escrito.
Además, se logró el aumento en los volúmenes vendidos por las asociaciones, que desde 2018 incrementaron entre el 20 y 30 %, dependiendo del producto. Este aumento se refleja también en los ingresos comerciales de las asociaciones.
Estos resultados, entre otros, se han traducido en un incremento de los ingresos familiares, derivados únicamente de las tres cadenas de suministro, de cerca del 30 %.
Así mismo, se fortalecieron los procesos socio-organizativos y se acompañó a las asociaciones de productores para favorecer el posicionamiento de los productos en mercados diferenciados y la creación de empleo y de empresas sociales, innovadoras e inclusivas.
El programa contó con una especial atención en desarrollar tecnología innovadora tanto para la gestión de las asociaciones de la Economía Popular y Solidaria, como para mejorar la eficiencia energética de los centros de acopio.
Uno de los principales enfoques en las acciones realizadas fue involucrar, con actividades de formación específicas, a jóvenes y mujeres en las actividades productivas, en la vida de las asociaciones y en la generación de emprendimientos vinculados a las cadenas de producción y a las organizaciones de productores. EFE