El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa y presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), ha ganado prominencia internacional como figura destacada dentro de la Iglesia católica. Su papel en la defensa de la justicia social, su firmeza doctrinal y su capacidad para influir en debates internacionales lo posicionan como papable tras la muerte del papa Francisco, ocurrida el 21 de abril de 2025.
Orígenes humildes y vocación religiosa
Nacido el 24 de enero de 1960 en Boto, una aldea de la provincia de Nord-Ubangi, en la República Democrática del Congo (RDC), Ambongo creció en una familia católica numerosa. A temprana edad manifestó su vocación religiosa y se unió a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, realizando sus votos perpetuos en 1987 y siendo ordenado sacerdote en 1988.
Ambongo fue estudiante de Filosofía y Teología en Kinshasa, y posteriormente obtuvo una licenciatura en Teología Moral en la Academia Pontificia Alfonsiana de Roma. A lo largo de su carrera fue párroco, profesor y formador en diversas instituciones religiosas, consolidando una sólida formación teológica y pastoral.
Su ascenso eclesiástico comenzó en 2004, cuando lo nombraron obispo de Bokungu-Ikela por el papa Juan Pablo II. Desde entonces, ha ocupado importantes cargos como arzobispo de Mbandaka-Bikoro y, desde 2018, arzobispo metropolitano de Kinshasa. Fue creado cardenal en 2019 por el papa Francisco.
Fridolin Ambongo, su defensa social y postura política
Ambongo es un defensor activo de la justicia social y un crítico constante de la explotación extranjera de los recursos naturales de su país. Ha denunciado la corrupción, la represión y las irregularidades electorales, siendo una de las voces más críticas durante los gobiernos de Joseph Kabila y Félix Tshisekedi.
Entre 2016 y 2018, copresidió el diálogo nacional que culminó en los Acuerdos de San Silvestre, facilitando la celebración de nuevas elecciones en RDC. En 2021, su residencia fue atacada tras declaraciones sobre la crisis política. En 2024, enfrentó una investigación judicial por “incitación a la rebelión”, aunque no se le han imputado cargos formales.
Su rol como “centinela del pueblo”, según sus propias palabras, ha fortalecido su figura no solo dentro de la Iglesia, sino también en el espacio cívico africano, posicionándolo como referente moral y ético en el continente.
Postura doctrinal e influencia internacional de Fridolin Ambongo
En temas doctrinales, Ambongo mantiene una posición conservadora. En 2023, encabezó la oposición de los obispos africanos al documento vaticano Fiducia Supplicans, que autorizaba bendiciones a parejas del mismo sexo. Argumentó que estas prácticas eran contrarias a la cultura africana y podían provocar confusión y escándalo.
Tras diálogos con el Vaticano, logró que SECAM declarara la no aplicación del documento en África, demostrando su capacidad de negociación y liderazgo regional. Ha criticado también a organismos internacionales como la OMS y UNICEF por lo que considera imposiciones culturales a través de la ayuda humanitaria.
A pesar de su firmeza doctrinal, mantiene una visión pastoral centrada en los pobres y marginados, promoviendo la liturgia inculturada del rito zairense y la participación juvenil en la Iglesia africana.
Un candidato fuerte en el próximo cónclave
La figura de Ambongo se ha fortalecido como una opción viable para el papado, especialmente por su experiencia en contextos de conflicto, su carisma y su comprensión del catolicismo global desde una perspectiva no europea. África representa hoy el 19% de los católicos del mundo, y su voz gana peso en las decisiones del Vaticano.
Ambongo participa en el Consejo de Cardenales (C9), clave en temas de sinodalidad y gobernanza. Casas de apuestas como Paddy Power lo colocan con probabilidades 5:1, lo que refleja su popularidad y viabilidad.
El próximo cónclave se celebrará del 6 al 11 de mayo de 2025, y aunque su elección no está garantizada, Fridolin Ambongo Besungu es sin duda una de las figuras más observadas del momento.