En paralelo al funeral multitudinario en el Vaticano, miles de argentinos despidieron al papa Francisco en su Buenos Aires natal. La ciudad vivió una jornada cargada de emoción, marcada por vigilias, misas y una procesión por los lugares que definieron el camino de Jorge Bergoglio. Las actividades comenzaron en la madrugada de este 26 de abril, con fieles que se acercaron a la Catedral de Buenos Aires, iluminando la oscuridad con velas.
Jóvenes de organizaciones políticas, sociales y religiosas recordaron el trabajo del papa Francisco en barrios populares. Su especial atención a los sectores más desfavorecidos resonó en cada rincón de la ciudad. Quienes llegaron temprano visualizaron el funeral del pontífice en el Vaticano a través de una pantalla gigante. A pesar de una convocatoria inicial modesta, la afluencia creció con el pasar de las horas, reflejando el cariño hacia Bergoglio.
Un adiós muy sentido al papa Francisco
El acto central de la jornada fue una misa exequial por el eterno descanso del pontífice. El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, encabezó la misa a los pies de la Catedral. Miles de fieles y figuras políticas locales se congregaron. Ante un gran despliegue de seguridad, el arzobispo pronunció una homilía sentida. «El testimonio de Francisco fue un faro que iluminaba la oscuridad, una voz profética ante el silencio cómplice», expresó.
«Seamos la Iglesia que siempre nos propuso Francisco, una Iglesia inquieta, que se moviliza, que no se queda arrinconada», agregó el arzobispo. Concluyó la misa con el himno nacional argentino. Posteriormente, los asistentes iniciaron una procesión por lugares emblemáticos de la vida de Francisco en Buenos Aires.
De la Plaza Constitución a la Villa 21-24
Miles marcharon desde la Catedral de Buenos Aires hacia la Plaza Constitución, donde el papa Francisco celebró misas por los migrantes. Allí denunció la trata de personas y la esclavitud sexual. El recorrido incluyó el Hogar de Cristo San Alberto Hurtado-Hospitalito Masantonio. En este lugar, el entonces arzobispo lavó los pies de jóvenes con problemas de drogadicción. La procesión, denominada ‘Pacto de amor a Francisco: recorrido por los lugares del dolor’, contó con organizaciones barriales, políticas y sindicales.
La última parada fue la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en la Villa 21-24. Allí, el papa Francisco impulsó el movimiento de los curas villeros. «Lo extrañamos mucho, lo vamos a extrañar», aseguró Edith Ortiz. «Yo era la que más esperaba su vuelta a su tierra. Pasó todo pero nunca volvió y lo voy a seguir esperando», agregó. Ortiz destacó el trabajo del pontífice por los pobres y necesitados.
El legado de un pastor: compromiso con los desfavorecidos
Ortiz mencionó que el papa Francisco los resguardó para que continuaran su obra. «Por eso estoy aquí, para confirmar lo que él había empezado con nosotros y que vamos a seguir todos adelante», afirmó. La despedida en Buenos Aires reflejó el profundo impacto del papa Francisco. Su legado de servicio y compromiso con los más vulnerables perdura en el corazón de los argentinos.
El recuerdo del papa Francisco permanece vivo en cada rincón de Buenos Aires. Su labor y dedicación a los más necesitados marcaron un antes y un después en la comunidad. La jornada de despedida demostró el profundo cariño y respeto que los argentinos sienten por su pontífice.