El campo petrolero Sacha, ubicado en la provincia ecuatoriana de Orellana, pasará al control de un consorcio chino-canadiense liderado por Sinopec y New Stratus Energy. Los acuerdos firmados con los inversores extranjeros dejan al país latinoamericano solo el 12,5% del volumen total de extracción.
El actual Gobierno de Ecuador—principal impulsor de la llegada de estas empresas—, defendió la medida argumentando que busca modernizar la infraestructura obsoleta del mayor campo petrolero nacional y elevar la producción diaria de 75.000 barriles a más de 100.000 barriles en tres años. El pacto incluye inversiones por USD 1.750 millones.
El acuerdo para Sacha
De acuerdo con los términos del contrato de 20 años, el consorcio extranjero recibirá el 87,5% de los ingresos del campo siempre que el precio mundial del petróleo sea de 62 dólares por barril. El Estado conservará el 12,5%.
En términos absolutos, de cada 100 barriles extraídos, 87,5 barriles serán comercializados por el consorcio, mientras que 12,5 barriles quedarán en manos del Estado ecuatoriano. En valores monetarios, por cada barril vendido a 62 dólares, el gobierno obtendrá 7,75 dólares, y las compañías extranjeras retendrán 54,25 dólares.
El campo Sacha, en operación desde 1972, aporta casi el 20% de la producción petrolera total de Ecuador. Según el nuevo acuerdo, el consorcio desembolsará USD 1.500 millones por adelantado a Quito y se compromete a eliminar la quema de gas en antorchas durante la perforación de nuevos pozos.