Tesla enfrenta una caída de ventas y ataques vandálicos, mientras compite con una creciente oferta de autos eléctricos de fabricantes chinos, y enfrenta una crisis interna con Musk.
Tesla, el líder en la industria de vehículos eléctricos, atraviesa una crisis profunda que afecta sus ventas, acciones y reputación. Los principales problemas incluyen la competencia china, el retraso en la recarga de sus vehículos, ataques violentos y una caída en el mercado. La empresa enfrenta dificultades en Estados Unidos, Canadá y China, lo que pone en duda su futuro en el sector.
Competencia china: una amenaza creciente
Tesla, tradicionalmente líder en el mercado de vehículos eléctricos, enfrenta una creciente competencia de fabricantes chinos, especialmente de BYD. La compañía china, que recientemente lanzó una nueva gama de autos eléctricos capaces de cargar completamente en solo 5 minutos y con precios de entrada de 37.000 dólares, está ganando terreno en mercados clave. Mientras tanto, Tesla, que depende de su red de cargadores y un tiempo de recarga superior, ve cómo sus competidores toman ventaja.
BYD no solo destaca por la duración de la recarga, sino también por su competitividad en precios, lo que representa una amenaza considerable para Tesla, que ha visto cómo sus ventas en China cayeron un 49% interanual en el último mes. Este fenómeno se extiende también a Europa, donde las ventas en Alemania cayeron un 76% en el mismo periodo, en parte debido a la creciente resistencia de los consumidores ante las posturas políticas de Elon Musk.
La caída de ventas y el impacto en las acciones de Tesla
La caída en las ventas de Tesla es otra señal alarmante. En 2024, la empresa experimentó la primera disminución de ventas en su historia. Los analistas de Wall Street, incluidos los de firmas como RBC, UBS y JPMorgan, redujeron sus expectativas de entrega para este año. Aunque Tesla sigue siendo la marca de vehículos eléctricos más vendida en EE. UU., la competencia se ha intensificado, lo que ha afectado gravemente su cuota de mercado global.
A nivel de mercado, las acciones de Tesla han caído más de un 40% desde enero, eliminando el crecimiento impulsado por la campaña electoral de Donald Trump. Elon Musk, cuyo patrimonio está profundamente vinculado a Tesla, ha visto reducirse su fortuna en 121.000 millones de dólares en los últimos tres meses.
Ataques y boicots contra Tesla
Más allá de los desafíos económicos y de mercado, Tesla enfrenta una creciente ola de ataques vandálicos y boicots en Canadá y varios estados de EE. UU.. En Canadá, el Salón Internacional del Automóvil de Vancouver excluyó a Tesla de su lista de expositores debido a preocupaciones de seguridad tras las protestas contra Elon Musk y su vinculación con figuras políticas de EE. UU. como Donald Trump.
Además, se han reportado múltiples incidentes violentos en concesionarios y estaciones de carga. En Oregón, disparos a un concesionario Tesla y bombas molotov lanzadas a vehículos y cargadores en Carolina del Sur han generado preocupación sobre la seguridad de la marca. Aunque no se han registrado víctimas, estos ataques han afectado la imagen de Tesla, que ahora es vista como un blanco fácil para manifestantes y grupos en contra de sus posturas políticas.
Impacto de la polarización política
Los ataques y boicots contra Tesla parecen estar ligados a la polarización política generada por la figura de Elon Musk. Mientras algunos lo ven como un innovador, otros lo critican por sus opiniones y su relación con el gobierno de Trump. En regiones como el Noroeste de EE. UU., donde predominan los sentimientos anti-Trump, los vehículos de Tesla se han convertido en un símbolo de protesta. Esto se ha traducido en una serie de ataques vandálicos, incluidos incendios y daños físicos a los automóviles.