Dormir bien tiene un efecto directo y positivo en la salud de las arterias, debido a varios factores relacionados con el descanso adecuado. Por otro lado, la falta de sueño puede tener consecuencias negativas, como aumentar el riesgo de hipertensión, colesterol elevado y enfermedades cardiovasculares.
Así lo explica el doctor Ignacio Sánchez Lázaro, responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, de España, que expone que «las personas que duermen entre 7 y 9 horas tienen menos sobrepeso, diabetes tipo 2 e hipertensión que las personas que no descansan adecuadamente«.
El lado oscuro de no dormir bien
El sueño regula la presión arterial, especialmente en las fases más profundas, ya que ésta tiende a bajar de manera natural. «Si no se duerme bien, la presión arterial puede mantenerse elevada durante más tiempo, lo que supone un mayor estrés en las arterias y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares», dice el profesional. Por esta razón, tener una rutina de sueño adecuada y reparadora es fundamental para cuidar el corazón y las arterias a largo plazo. Además, reduce la inflamación.
«El sueño insuficiente se asocia con un aumento de la inflamación en el cuerpo. La inflamación crónica puede dañar las paredes de las arterias, favoreciendo la formación de placas que obstruyen el flujo sanguíneo y aumentan el riesgo de aterosclerosis (endurecimiento de las arterias). Al dormir bien, el cuerpo tiene la oportunidad de atenuar estos daños y reducir la inflamación», apunta el médico.
Beneficios de un descanso adecuado
Por otro lado, un descanso adecuado también regula los niveles de colesterol. La falta de sueño puede alterar el metabolismo de las grasas, lo que puede elevar los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, contribuyendo a la formación de placas en las arterias, según el doctor Sánchez Lázaro.
No hay que olvidar que dormir bien mejora la circulación sanguínea. «Cuando dormimos, el cuerpo entra en un modo de reparación y regeneración. Esto no solo afecta a los músculos y tejidos, sino también a los vasos sanguíneos. Un buen sueño contribuye a una mejor circulación sanguínea, lo que permite que las arterias funcionen de manera más eficiente y reduce el riesgo de obstrucciones«, concluye el doctor Sánchez Lázaro.