Más de 800 familias han resultado afectadas por las intensas lluvias de las últimas horas en Santa Ana, un cantón declarado en emergencia la noche de este miércoles 2 de abril, a las 22h00. El agua ha invadido el 80% del casco urbano, dejando a su paso pérdidas incalculables, especialmente en el sector comercial, donde los habitantes luchan por salvar lo poco que les queda.
Historias de pérdida y desesperación
Roberto Domo, dueño de un cibercafé, relató con tristeza cómo el agua irrumpió en su local en cuestión de segundos, arrasando con todo a su paso. “Se me dañaron computadoras, impresoras, congeladores y hasta un aire acondicionado. Las pérdidas en mi negocio podrían llegar a unos 5,000 dólares”, explicó, mientras evaluaba el desastre.
A pocos metros, Patricia Zambrano barría con una escoba y un balde, intentando sacar el agua de las lluvias que inundó su taller de confección de uniformes. Ella tenía listo un pedido de uniformes escolares para entregar la próxima semana, justo antes del inicio de clases, pero el temporal destruyó todo su esfuerzo. “No sé cómo voy a cumplir ahora”, dijo con voz entrecortada.
El mercado de Santa Ana no corrió mejor suerte: está completamente bajo el agua. Los comerciantes, como Carmen, intentaron rescatar algo esta mañana, pero fue en vano. “Todo está dañado, no pudimos salvar nada”, lamentó, mientras miraba los restos de su puesto.
Respuesta de las autoridades
El alcalde de Santa Ana, Gregorio Macías, informó que más de 5.000 personas resultaron afectadas por esta tragedia. “Declaramos la emergencia no porque eso signifique que nos llegará más dinero del gobierno, sino porque nos da la autoridad para contratar maquinaria y enfrentar el invierno. Hemos pedido apoyo a otros cantones de la provincia (…) Poco a poco están llegando equipos de Chone, Montecristi y Junín. Es momento de unirnos, sin importar colores políticos”, afirmó.
Macías aclaró que la inundación no se debe a la evacuación de agua de la represa Poza Honda, sino a las fuertes lluvias y al desborde de al menos diez quebradas, entre ellas la Mocorita y el cerro de Bonce. “Lo que estamos viviendo es el resultado de la naturaleza desbordada”, expresó.
Apoyo para Santa Ana
Funcionarios del Gobierno Nacional también se hicieron presentes en el lugar. Representantes del MIES, Gestión de Riesgos, Ministerio de Salud, Policía Nacional y militares llegaron a la zona. Aurora Valle, coordinadora zonal 4 del Ministerio de Inclusión Económica y Social, aseguró: “Estamos en primera línea para atender a las familias damnificadas. Ya estamos levantando la ficha para entregar la ayuda necesaria lo antes posible”.
El gobernador de Manabí, Pablo Rosero, llegó Santa Ana y anunció que 35 elementos de los “cascos azules” de la Policía Nacional se sumaron a las labores, ayudando a distribuir kits a los afectados. Por su parte, José Ramón Santana, coordinador zonal 4 de Riesgos, explicó que se están elaborando fichas técnicas para determinar con exactitud cuántas familias han sido golpeadas por la inundación. “El gobierno nacional ha destinado al menos 3.4 millones de dólares para la atención invernal solo en Manabí”, detalló el funcionario.
