Lo que hace el IESS con sus afiliados es una muestra de indolencia, al cobrarles un seguro médico y darles, a cambio, una atención deficiente.
En Ecuador la seguridad social está monopolizada por el Estado, que otorga este servicio a las personas que se afilian a ella y pagan un valor mensual calculado sobre el monto de ingresos.
Pero esta afiliación es obligatoria para los trabajadores, con lo que abarca a una buena parte de la población.
Una de las prestaciones que ofrece es el seguro de salud, que ha involucionado a tal punto que los usuarios se quejan de atrasos en las citas médicas, falta de insumos, postergación injustificada de exámenes y pruebas, mala atención y carencia de medicamentos, entre otros motivos.
«El seguro de salud del IESS ha involucionado a tal punto que los usuarios se quejan”.
No es justo que a un trabajador se le cobre una aportación mensual y cuando acuda a solicitar servicios médicos se le responda que no hay medicina ni reactivos para realizar exámenes.
Si el IESS no está en condiciones de atender a sus afiliados con eficiencia, debería levantar las barreras jurídicas que impiden el ingreso de otras empresas que ofrecen servicios de seguridad social y permitir que las personas tengan opciones para escoger la más conveniente.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 15 de junio del 2022 en nuestra edición impresa.