El aroma a comida recién preparada le despierta el apetito a cualquiera, y Cabrera lo sabe bien.
Él es experto en la preparación de platos económicos, pero sabrosos.
En su puesto, llamado “El Dolarazo de La Cadena”, ofrece seco de pollo, estofado de carne, guatita, encocado, ceviche, fritada, pescado frito, entre otros menús.
Luis trabaja en compañía de su esposa, la quiteña Verónica Vela.
El hombre fue albañil por 25 años, pero los esfuerzos físicos que realizaba en ese oficio lo llevaron a tener problemas en la columna. Luis siguió laborando porque necesitaba el dinero, pero llegó un momento en que le dijeron que podía quedar postrado en una silla de ruedas.
Fue allí cuando se dio cuenta que debía decirle adiós a la albañilería y apuntó a la venta de comida.
“Mija, pongámonos un dolarazo”, le dijo a su esposa y ella, sin reparo, aceptó.
El negocio, que atiende en el ingreso a la cooperativa La Cadena, en el baipás Quito-Quevedo, está por cumplir un año y el nombre se debe a que cualquier plato que se sirva el cliente cuesta un dólar.
Taxistas, camioneros, traileros, oficinistas, vecinos y empleados de varias empresas llegan a comer al sitio.
Luis cuenta que a diario se levanta a las tres de la mañana para preparar los alimentos y a las seis empieza la atención.
De lunes a sábado, la pareja ofrece sus dolarazos. Sea para comer allí o para llevar, todo es a cambio de una moneda dorada.
> Para la casa. Si de comer bueno y barato se trata, debe visitar también el sector dos de la cooperativa Ucom. Allí, junto al hospital Santo Domingo, se encuentra una carpa roja.
En el sitio se degustan las delicias del manabita Damián Zambrano, a quien cariñosamente le dicen “Colorado”.
La tarrina de comida cuesta un dólar con 25 centavos. Allí no hay mesas ni sillas, quien adquiere la comida se la lleva a su casa o a su lugar de trabajo.
Sango de camarón es la especialidad de “la carpa”, pero también se puede encontrar seco de pollo, chuleta frita, estofado de carne, guatita, patitas de chancho, entre otras delicias.
Caldos no se venden, solo segundos y la atención empieza a las cinco y media de la mañana.
En la carpa se ofrecen desayunos y almuerzos, lo que hace que todo se termine a la una de la tarde, aunque en ocasiones la demanda es tal que antes del mediodía los comensales ya no encuentran nada.
“La comida es muy rica y fresca. No se siente que tenga mucho aliño y es barata. Casi a diario compro mi almuerzo en este lugar”, dijo María, una de las clientas fijas de las especialidades del “Colorado”.
> Ayuda. Imelda Mendoza trabajó aproximadamente dos décadas en resturantes de Santo Domingo y la experiencia la llevó a ser una experta en la cocina.
Hace tres años decidió que era tiempo de abrir su propio local y con la ayuda de su esposo e hija, lo logró.
El establecimiento se encuentra en un tramo de la avenida Los Incas, en la cooperativa Venceremos, allí se venden platos a un dólar.
“La mayoría de los clientes me piden el dolarazo y por ello se prepara variedad de alimentos. A todos, incluso a los que me compran por primera vez, les pongo bien puestito”, afirmó Imelda.
Ella vende barato porque asegura estar consciente de que hay muchas personas que no cuentan con recursos para pagar tres o cuatro dólares por un almuerzo o por un segundo.
Lo que ella busca es que quienes no cuenten con tantos recursos, pero tengan la necesidad de comida hecha en casa, barata y buena, la visiten.
Seco de pollo, guatita, bistec de carne, maduro frito, caldo de pata y de gallina son varias de las especialidades de la cocina.
¡A dólar! ¡A dólar!, lleve su tarrina de comida a dólar.
