En un contexto de creciente tensión debido a la medida de resistencia que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) mantiene desde hace catorce días, Zaida Rovira, ministra de Gobierno, ofreció declaraciones este lunes 6 de octubre en una entrevista televisiva. La funcionaria reiteró la apertura del Ejecutivo al diálogo, aunque expresó una profunda frustración ante lo que percibe como una falta de voluntad por parte de la dirigencia indígena para sentarse a la mesa de negociaciones.
La ministra Zaida Rovira fue clara al señalar que la posición del Gobierno no implica “ceder sin algún beneficio de inventario”, refiriéndose a la protección de los derechos ciudadanos. “Hemos procurado el diálogo con todas las organizaciones indígenas y lamentablemente no hemos tenido un eco de la otra parte y lo único que encontramos son amenazas”, afirmó. Rovira hizo alusión a las declaraciones del dirigente de la Conaie, quien habría anunciado una posible entrada a Quito y “amenazado al Gobierno recordando lo que ha pasado en gobiernos anteriores”, un escenario que, según la ministra, dificulta enormemente cualquier intento de conversación y mediación.
Zaida Rovira habló sobre el diálogo frustrado
La ministra Zaida Rovira, durante una entrevista en Teleamazonas, explicó que el concepto de ceder en un proceso de mediación implica que “las partes tienen que declinar posiciones mutuamente”, un escenario que, a su juicio, no se ha materializado con la Conaie. “Aquí no ha habido ningún espacio para poder dialogar y para poder revisar las propuestas que tiene la Conaie”, lamentó. Subrayó que, si bien el Gobierno ha logrado acuerdos con otros pueblos indígenas, el diálogo con el dirigente de la Conaie ha sido “completamente imposible de establecer“.
Sobre las propuestas de diversas entidades para fungir como mediadoras, Zaida Rovira enfatizó la necesidad de comprender la verdadera naturaleza y alcance de la medida. Fue precisa al aclarar que no se trata de un “paro nacional” generalizado, sino de “provincias focalizadas en donde, por supuesto, que hay situaciones muy complejas”. No obstante, incluso en los focos de mayor conflictividad, el Gobierno ha intentado el diálogo y ha visto con “muy buenos ojos la participación tanto del clero como de las universidades como facilitadores.
Un intento de mediación fallido en Ibarra
Zaida Rovira relató un incidente ocurrido el lunes 29 en Ibarra como ejemplo de la falta de voluntad. Explicó que la Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (UNORCAC) emitió un comunicado público expresando su apertura al diálogo y solicitando la mediación de la Iglesia y las universidades. “Inmediatamente hicimos acercamiento con iglesias y universidades para que se pueda facilitar este diálogo y públicamente dijimos les invitamos para hoy día a las 4 de la tarde y ellos aceptaron públicamente”, detalló la ministra de Gobierno.
Sin embargo, pocos minutos antes de que la reunión programada en una universidad, con la participación de la Iglesia y otras instituciones académicas, se instalara, la respuesta fue contundente: “nos dijeron es no, no vamos a acudir y continuamos radicalizando la medida”. Para Zaida Rovira, este episodio es una muestra clara de la contradicción: “cuando nos dicen ya queremos que intervengan otros actores, pero luego cuando se les abre las puertas para que vengan todos los actores resulta que ya no quieren, lo que vemos aquí es que no existe voluntad para dialogar ni para escuchar propuestas serias“.
Temas no negociables en la mesa de diálogo
La ministra Zaida Rovira también fue explícita sobre los límites de las posibles negociaciones. Aclaró que temas como la reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la eliminación del subsidio al diésel no serán puestos sobre la mesa para el diálogo con las organizaciones indígenas. Esta postura subraya la firmeza del Gobierno en ciertas decisiones económicas, que considera cruciales para la estabilidad fiscal del país.
La declaración de Zaida Rovira indica que, mientras el Gobierno mantiene su oferta de diálogo, las condiciones para que este se concrete, especialmente con la dirigencia de la Conaie, parecen distantes. La situación sigue marcada por la polarización y la dificultad para encontrar puntos de encuentro que permitan mitigar la medida de resistencia y buscar soluciones consensuadas a las demandas sociales.