La enfermedad del plátano, causada por el hongo Fusarium (moko), sigue generando estragos en la provincia de Manabí, con el cantón El Carmen como el principal foco de afectación. Según explicó Genito Vélez director de Agrocalidad en Manabí, 494.52 hectáreas en 524 fincas han sido comprometidas, impactando severamente la producción de plátano, un cultivo clave para la economía local y nacional. Aunque los brotes en Chone y Jama están controlados, la situación en El Carmen preocupa a productores y autoridades por su impacto en la cadena productiva.
El hongo Fusarium, conocido como moko, se propaga rápidamente y afecta las plantaciones al obstruir el sistema vascular de la planta, lo que provoca marchitez y pérdidas totales en los cultivos. Las condiciones climáticas adversas, como el fuerte invierno registrado en la provincia, han agravado la situación, mientras que la conversión de cultivos hacia el cacao, incentivada por mejores precios, ha reducido la superficie dedicada al plátano.
Medidas de contención y bioseguridad
Agrocalidad ha intensificado sus esfuerzos para mitigar el impacto del Fusarium. Entre 2024 y 2025, se realizaron 14.533 monitoreos en 25.208.34 hectáreas de la provincia. “Estamos trabajando fuertemente en medidas de bioseguridad y capacitación a productores para identificar síntomas y evitar la dispersión de la enfermedad”, afirmó Vélez. Las estrategias incluyen el uso exclusivo de herramientas por finca, la desinfección de vehículos y la instalación de cercos perimétricos para evitar el ingreso de animales portadores.
Además, se han distribuido kits de bioseguridad, como pediluvios, para prevenir la contaminación. Estas acciones buscan contener la propagación del hongo, que puede transmitirse a través del suelo, herramientas o incluso el calzado de los trabajadores. Sin embargo, las autoridades reconocen que la efectividad depende de la colaboración de los productores en la implementación de estas medidas.
Impacto económico y cambios en cultivos
La enfermedad no solo afecta a los productores, sino también a la economía provincial y nacional, debido a que el plátano es un producto clave para las exportaciones. “Muchos productores, atraídos por los altos precios del cacao, han reemplazado hectáreas de plátano por cacao, disminuyendo la superficie destinada a este cultivo”, explicó Vélez. Este cambio, combinado con las pérdidas por el Fusarium y las condiciones climáticas adversas, ha generado una reducción significativa en la producción.
La conversión de cultivos responde a la búsqueda de mayor rentabilidad, pero plantea desafíos para la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de la región. La disminución en la producción de plátano podría afectar las divisas generadas por este sector, que representa una fuente importante de ingresos para Manabí.
Capacitación y coordinación
Para enfrentar la crisis, Agrocalidad ha capacitado a 3.381 productores en 257 eventos entre 2024 y 2025. Las actividades se han realizado en colaboración con universidades, asociaciones de productores y gobiernos locales. “La capacitación es permanente, pero necesitamos que los productores sean receptivos para proteger sus cultivos”, enfatizó Vélez. Estas iniciativas buscan mejorar la identificación temprana de síntomas y fomentar prácticas de manejo que reduzcan el riesgo de propagación.
A pesar de los esfuerzos, las autoridades advierten que el control del Fusarium requiere un compromiso continuo de todos los actores involucrados. La combinación de medidas de bioseguridad, capacitación y monitoreo constante es esencial para proteger las plantaciones y garantizar la sostenibilidad del sector platanero en Manabí.
El panorama actual subraya la necesidad de estrategias integrales que combinen prevención, educación y adaptación a los desafíos climáticos y económicos.