La sobreexposición al sol puede provocar daños inmediatos como quemaduras solares, irritación e incluso envejecimiento prematuro de la piel. Dermatólogos y organismos internacionales de salud recomiendan una serie de medidas y productos para aliviar los síntomas cuando el bronceado ha sido más intenso de lo saludable.
El bronceado excesivo, especialmente sin el uso de protectores solares adecuados, puede generar desde molestias leves hasta lesiones cutáneas graves. La atención inmediata y correcta es fundamental para evitar complicaciones mayores.
Primeros auxilios para la piel sobrebronceada
Cuando la piel ha sido expuesta durante mucho tiempo al sol, especialmente entre las 10:00 y 16:00 horas, se vuelve vulnerable a sufrir lo que se conoce como eritema solar, una forma de quemadura que puede provocar enrojecimiento, ardor, sensibilidad al tacto e incluso descamación.
Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), lo primero que se debe hacer es interrumpir la exposición solar inmediatamente y trasladarse a un lugar fresco y sombreado. Luego, se recomienda:
- Aplicar compresas frías o duchas frescas para bajar la temperatura de la piel.
- Hidratar la piel con lociones o geles a base de aloe vera, sin fragancias ni alcohol.
- Usar cremas calmantes con ingredientes como caléndula, manzanilla o alantoína.
Qué productos aplicar según dermatólogos
Especialistas en cuidado cutáneo sugieren el uso de hidratantes intensivos después de un bronceado excesivo. Productos que contienen ácido hialurónico, pantenol (provitamina B5) y vitamina E ayudan a reparar la barrera cutánea.
Asimismo, en casos de dolor leve o inflamación, los médicos pueden indicar el uso de antiinflamatorios tópicos o de venta libre como el ibuprofeno para reducir el malestar. En ningún caso se recomienda aplicar hielo directamente sobre la piel, ya que puede agravar el daño.
Otra medida importante es aumentar la ingesta de líquidos para favorecer la hidratación desde el interior y ayudar al cuerpo a recuperar el equilibrio tras la exposición solar.
Señales de alerta y cuándo acudir al médico
Si bien la mayoría de los casos pueden tratarse en casa, es necesario consultar a un especialista cuando se presentan síntomas como:
- Ampollas grandes o extendidas
- Fiebre o escalofríos
- Náuseas o vómitos
- Dolor intenso o persistente
Estos signos podrían indicar una quemadura solar de segundo grado, que requiere evaluación médica para evitar infecciones o cicatrices permanentes.
Prevención: clave para evitar daños futuros en la piel
Los expertos subrayan que la mejor manera de evitar las consecuencias del bronceado extremo es la prevención. Se recomienda:
- Usar protector solar de amplio espectro (SPF 30 o más), reaplicado cada 2 horas.
- Evitar la exposición prolongada en horas de alta radiación.
- Vestir ropa con protección UV, sombreros y gafas.
- Mantener una hidratación adecuada antes, durante y después de la exposición solar.
El daño solar acumulativo es una de las principales causas de envejecimiento prematuro y riesgo de cáncer de piel, por lo que adoptar una rutina de fotoprotección es esencial incluso en días nublados.
Cuidar la piel
Cuidar la piel tras una exposición solar intensa es fundamental para su recuperación y para evitar consecuencias a largo plazo. Aplicar productos adecuados, mantener la hidratación y evitar nuevas exposiciones mientras se recupera la piel son los pasos básicos recomendados por las autoridades en salud. Ante cualquier complicación, es fundamental consultar con un dermatólogo certificado.