Cocinar en casa no solo reduce los gastos en alimentación, sino que también promueve hábitos más saludables y sostenibles. A continuación, se presentan estrategias prácticas para ahorrar tiempo, dinero y recursos en la cocina, desde la planificación de comidas hasta el uso eficiente de electrodomésticos.

Planificación de comidas y uso de electrodomésticos

Elaborar un menú semanal permite comprar solo lo necesario, evitando compras impulsivas y reduciendo el desperdicio de alimentos. Según expertos, esta práctica puede disminuir hasta un 20% los gastos en supermercados. Además, cocinar en grandes cantidades y congelar porciones adicionales optimiza el tiempo y aprovecha descuentos por compras al por mayor, como arroz, pasta o legumbres, que suelen ser más económicos en grandes cantidades.

El uso eficiente de electrodomésticos también marca la diferencia. La cocina representa más de un tercio de la factura energética del hogar, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Utilizar ollas exprés en lugar de ollas convencionales reduce el tiempo de cocción y el consumo energético. Asimismo, el microondas es una alternativa eficiente al horno para calentar alimentos, mientras que el lavavajillas, usado en programas cortos y con carga completa, puede ahorrar hasta un 90% de la energía destinada a calentar agua. Mantener el congelador limpio y sin acumulación de hielo también reduce el consumo eléctrico.

Conservación de alimentos y reducción del agua

La conservación adecuada de alimentos es clave para evitar pérdidas. Técnicas como el envasado al vacío pueden prolongar la vida útil de los productos hasta cuatro veces, según estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Organizar la despensa, colocando los productos con fechas de caducidad más próximas al frente, ayuda a consumirlos a tiempo. Comprar productos de temporada, que son más económicos y frescos, también contribuye a la sostenibilidad y al ahorro.

Reducir el consumo de agua es otro aspecto fundamental. Lavar los platos a mano puede gastar hasta 100 litros de agua por sesión, mientras que un lavavajillas eficiente consume significativamente menos. Además, cerrar la llave durante la preparación de alimentos y aprovechar el calor residual del horno, apagándolo 10 minutos antes, son hábitos que disminuyen los costos de servicios.

Otros trucos para ahorrar

Cocinar en casa no solo beneficia el bolsillo, sino también la salud. Controlar los ingredientes permite reducir el consumo de grasas, azúcares y sodio, presentes en exceso en alimentos procesados o de restaurante. Esto puede traducirse en ahorros a largo plazo en gastos médicos, ya que una dieta equilibrada reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Por último, involucrar a la familia en la cocina fomenta la creatividad y fortalece los lazos, además de distribuir tareas. Recursos como tutoriales en YouTube, que ofrecen más de 2.500 videos sobre recetas simples como un guiso de lentejas, desmitifican la idea de que cocinar es complejo o requiere mucho tiempo.

Adoptar estas prácticas no solo alivia la presión económica en los hogares, sino que también promueve un estilo de vida más sostenible. En un momento en que los precios siguen al alza, cocinar con inteligencia es una estrategia accesible para optimizar recursos y mejorar la calidad de vida.