Amnistía Internacional denunció este lunes 23 de junio la muerte de al menos siete civiles en bombardeos indiscriminados del Ejército ruso contra la ciudad ucraniana de Sumi, incluyendo un hospital, el pasado 3 de junio. La organización exige que estos ataques, ejecutados con cohetes Grad no guiados, sean investigados como crímenes de guerra debido a su impacto en zonas densamente pobladas.
El bombardeo, que dejó decenas de heridos, afectó la avenida Shevchenko, viviendas particulares, una ambulancia y el Hospital Clínico Número Cuatro de Sumi. Según Amnistía, los cohetes Grad de 122 milímetros, por su imprecisión, no deben usarse en áreas civiles, ya que afectan amplias zonas y causan víctimas indiscriminadas.
Impacto devastador en civiles
Brian Castner, director de Investigación sobre Crisis de Amnistía Internacional, señaló que los ataques rusos han causado “muerte y destrucción” en Sumi. “Estos ataques indiscriminados deben ser investigados como crímenes de guerra”, afirmó.
La afirmación subraya que el uso de armas imprecisas en áreas pobladas viola el Derecho Internacional Humanitario.
En su comunicado, Amnistía destacó que los cohetes Grad, disparados desde lanzacohetes múltiples, no pueden dirigirse con precisión, lo que los convierte en un riesgo para civiles. “La población civil no es un objetivo”, insistió Castner, pidiendo respeto a las normas internacionales en el contexto de la intensificación de los ataques rusos en Ucrania.
Testimonios y daños en infraestructura
Un equipo de Amnistía Internacional visitó Sumi tras el bombardeo del 3 de junio y entrevistó a testigos. En la avenida Shevchenko, el ataque dejó un saldo de cuatro muertos el mismo día y dos fallecidos posteriores debido a las heridas. Olena Shulga, residente de un edificio cercano, relató a la ONG: “Intenté evitar lugares peligrosos, pero ya no hay lugar seguro”.
El Hospital Clínico Número Cuatro también fue alcanzado. Según su director, un cohete impactó cerca de la unidad de cuidados paliativos, dañando ventanas, la fachada y el tejado. Afortunadamente, la sirena antiaérea permitió que los 160 pacientes y el personal se refugiaran a tiempo en el búnker del centro.
Contexto de los ataques en Sumi
Sumi, una ciudad de aproximadamente 200.000 habitantes ubicada a 40 kilómetros de la frontera con Rusia, ha sido blanco de ataques recurrentes. El Ejército ruso, que busca establecer una “zona de seguridad” tras recuperar territorio en la región de Kursk, ha intensificado sus operaciones en la provincia homónima, según anunció Moscú en mayo.
Amnistía Internacional reiteró que los ataques indiscriminados, como los perpetrados en Sumi, constituyen una violación grave del Derecho Internacional Humanitario. La organización enfatizó que el uso de cohetes Grad en áreas civiles, puede calificarse como crimen de guerra si resulta en víctimas civiles.
Llamado a la comunidad internacional
La ONG instó a las autoridades pertinentes a investigar los hechos y garantizar que se respeten los principios humanitarios en el conflicto. “Mientras Rusia intensifica sus ataques, la protección de la población civil debe ser prioritaria”, afirmó Castner.
Los bombardeos en Sumi reflejan la escalada de violencia en Ucrania, donde los civiles enfrentan un riesgo constante. Amnistía Internacional continuará documentando estos incidentes para exigir justicia y rendición de cuentas por las violaciones al derecho internacional.