El brote de tosferina en Santo Domingo disparó la demanda de mascarillas, generando escasez y un alza de precios que preocupa a la población.
Desde el 5 de mayo, en colegios y dependencias judiciales de Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecuador, es obligatorio el uso de mascarillas debido al brote de tosferina, lo que ha generado un incremento de entre 20 % y 40 % en los precios.
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Alza de precios de mascarillas y escasez
En los últimos días, farmacias y locales comerciales en Santo Domingo reportan un fuerte aumento en los precios de mascarillas quirúrgicas y KN95. La subida responde al incremento en la demanda y problemas en la cadena de suministro. Algunos distribuidores explican que los costos de importación también influyen.
La Intendencia General de Policía recordó que los precios oficiales varían según la calidad. Una caja sencilla debería costar 1,90 dólares, pero en el centro de la ciudad se vende hasta en 5 dólares. Ante esto, la Intendencia llamó a la ciudadanía a denunciar los sobreprecios.
Testimonios ciudadanos
Darío Medina, ciudadano, relató: “En varios lugares me decían que no había mascarillas. Al final, me tocó comprar en cinco dólares una de las más sencillas que antes costaba dos”. La preocupación crece en sectores vulnerables donde la compra de mascarillas impacta fuertemente en el presupuesto familiar.
En los exteriores de los colegios, comerciantes ambulantes y cibers aprovechan la demanda. Allí las mascarillas se venden a 25 centavos la unidad, incrementando sus ingresos de forma notable.
Controles y medidas
El intendente Diego Peñaherrera anunció que se intensificarán los controles en farmacias y tiendas para evitar abusos. Hasta ahora no se han impuesto sanciones porque no se han detectado irregularidades. “Seguiremos atentos para garantizar precios justos”, afirmó Peñaherrera.
El escenario recuerda a las primeras semanas de la pandemia de Covid-19, cuando la escasez de tapabocas generó caos en todo el país. Esta vez, las autoridades buscan prevenir que la situación se descontrole.
Contexto sobre el alza de precios de mascarillas
Las mascarillas tienen fecha de caducidad, que suele estar impresa en las cajas. Según empresas como Detmold, algunas mascarillas pueden durar entre tres y cinco años, pero es importante verificar siempre la fecha exacta.
Además, los cubrebocas deben guardarse en lugares secos y sin polvo. Una mascarilla almacenada de forma inadecuada puede perder eficacia, lo que resulta peligroso durante un brote de enfermedades respiratorias como la tosferina.
Actualmente, en Santo Domingo de los Tsáchilas se reportan 39 casos confirmados de tosferina. Las autoridades recomiendan a la población mantener el uso de mascarillas, especialmente en espacios cerrados y de alta concurrencia.