La disposición de la Prefectura de Manabí para acudir a una mediación con el Ministerio de Obras Públicas respecto a la administración de la vía Portoviejo-Montecristi es una señal positiva. Se trata de un mecanismo legal que, bien empleado, puede evitar decisiones unilaterales que perjudiquen la descentralización alcanzada por la provincia.
Esta vía, pese a ser de competencia estatal, fue delegada al Gobierno Provincial. En este contexto, cualquier evaluación sobre su manejo debe hacerse con criterios técnicos y no políticos. Si existen deficiencias, deben corregirse sin comprometer los procesos de desconcentración que han permitido a los territorios asumir mayores responsabilidades.
El ministerio mantiene la rectoría, pero tiene el deber de fortalecer capacidades locales antes de revertir competencias. La mediación permite precisamente eso: ajustar, corregir y exigir resultados sin desandar lo avanzado.
La Prefectura, por su parte, debe demostrar que puede gestionar con eficiencia. Eso implica mantener en buen estado la vía y garantizar que los ingresos del peaje se destinen a su mejora continua.
Fallas corregibles no pueden llevar al retroceso en materia de autonomía. Es clave la coordinación entre niveles de gobierno para consolidar un modelo de gestión territorial responsable y sostenible.