La falta de agua es tal, que los ciudadanos están usando este método para ahorrar en la compra a los tanqueros.
Moradores de Bahía de Caráquez y Leonidas Plaza se cansaron de esperar el agua por tubería, y ahora esperan la que cae del cielo.
Y es que la escasez del líquido vital, desde hace un mes y medio, ha obligado a los ciudadanos a ingeniárselas para tener agua, no importa de donde venga.
También, debido a la gran cantidad de lluvia que está cayendo en la provincia, se ha popularizado la instalación de canalones para recolectar esta agua y mitigar de cierta forma la falta del servicio básico.
La instalación surge como una salida urgente, tomando en cuenta que un tanquero grande está entre 70 y 80 dólares, y uno mediano hasta en 50 dólares.
Carlos Falcones instaló un canalón en su casa. Invirtió 75 dólares en la compra de tres tubos para canalón, otros tubos para que el agua vaya a la cisterna, y amarras. Otros 30 dólares gastó en mano de obra.
“No tenemos esperanza de tener agua potable en los próximos días y comprar a los tanqueros nos llevaba a la ruina, así que hicimos una inversión para tener agua del cielo con la esperanza de que lleguen las lluvias”, comentó Falcones.
Canalones que vayan a las cisternas
Marcelo Dueñas declaró que en Bahía de Caráquez y Leonidas Plaza, todos saben que al construir una casa, lo primero en que se piensa es en una cisterna.
El ciudadano cree que alrededor del 50 por ciento de las casas nuevas la tienen.
“Así que instalar los canalones que vayan a la cisterna, es lo más prudente”, dijo. Una vez que se llena de agua lluvia, se le coloca una o dos pastillas de cloro que se piden en el subcentro de salud”, añadió el ciudadano.
El suministro de agua para Sucre y San Vicente tiene cortado más de un mes y los problemas se han multiplicado en las últimas semanas para producir agua potable por la intensidad de las lluvias que soporta la provincia.
Según informes de la empresa de agua en La Estancilla, que también abastece de agua potable a los cantones Bolívar, Junín y Tosagua.