Las nuevas políticas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entran en vigencia este viernes 1 de agosto, con el objetivo de redefinir el orden comercial internacional. La medida afectará a exportaciones clave de países como Brasil, India, la Unión Europea y Canadá, mientras que México obtuvo una prórroga de 90 días tras negociaciones de alto nivel.
México logra prórroga; otros países enfrentan alza inmediata
A pocas horas de la entrada en vigencia del nuevo régimen comercial, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, logró un acuerdo con Trump para aplazar durante 90 días la imposición de nuevos aranceles. Esta decisión fue anunciada por la Casa Blanca luego de una llamada directa entre ambos mandatarios. No obstante, aranceles ya vigentes sobre productos como metales y automóviles continuarán aplicándose sin cambios.
La medida fue considerada como una excepción dentro del paquete general de ajustes arancelarios, que pretende presionar a los países para renegociar tratados más favorables a Estados Unidos, según fuentes oficiales.
Brasil y la Unión Europea: principales afectados por la medida
Uno de los casos más severos es el de Brasil, que se enfrenta a aranceles del 50% sobre el 35,9% de sus exportaciones hacia EE.UU. Las autoridades brasileñas han calificado la medida como “punitiva”, debido a la reciente defensa institucional del expresidente Jair Bolsonaro, investigado en Estados Unidos. No obstante, productos como zumo de naranja y componentes aeronáuticos quedaron exentos.
En cuanto a la Unión Europea, pese a un acuerdo comercial preliminar, Trump decidió aplicar una subida arancelaria del 10% al 15% a productos como vinos, licores y maquinaria ligera. Este aumento aún podría ser revertido si las partes llegan a un acuerdo legalmente vinculante, lo cual está en negociación.
Tensiones con India, Canadá y China se agravan
Las negociaciones entre India y Estados Unidos no avanzaron. El gobierno estadounidense aplicará un arancel del 25% a las exportaciones indias, con una cláusula adicional de penalización por los lazos del país asiático con Rusia. La medida afecta principalmente textiles, farmacéuticos y productos tecnológicos.
En el caso de Canadá, Trump ordenó un arancel del 35%, en represalia por el respaldo canadiense a una propuesta internacional para crear un Estado palestino. Las conversaciones bilaterales quedaron suspendidas indefinidamente.
Por su parte, China enfrenta una fecha límite del 12 de agosto para extender la actual pausa arancelaria. Si no se llega a un acuerdo, se reactivarán tarifas previas que afectaban más de USD 200.000 millones en productos.
Acuerdos parciales con Corea del Sur, Pakistán y el sudeste asiático
No todos los países fueron alcanzados por medidas punitivas. Corea del Sur firmó un acuerdo para mantener un arancel del 15%, igualando condiciones con Japón. Asimismo, Pakistán logró reducir aranceles a cambio de permitir exploración estadounidense en sus reservas de petróleo.
Tailandia y Camboya también evitaron nuevas tarifas al acceder a condiciones comerciales revisadas, que incluyen mayores controles sanitarios y estándares de exportación.
Implicaciones legales y perspectivas futuras
Las políticas arancelarias del gobierno de Trump podrían enfrentar desafíos legales. Varias cámaras de comercio y representantes de la industria han solicitado la intervención de la Corte de Apelaciones de Washington D.C., argumentando que las nuevas tarifas violan principios básicos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, se estima que no habrá un fallo judicial antes de que las tarifas entren plenamente en efecto.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia del mandatario estadounidense por reconfigurar el sistema comercial global. En palabras del propio Trump, “es hora de que Estados Unidos deje de subsidiar a otras naciones”.
Impacto en la economía global
Expertos en comercio internacional advierten que la entrada en vigor de estos aranceles podría desencadenar represalias multilaterales y generar una desaceleración del comercio global. La volatilidad en los mercados ya es perceptible, especialmente en sectores de metales, automotriz y alimentos procesados.
Por ahora, la atención internacional se centra en las próximas decisiones de China y la Unión Europea, cuya respuesta será clave para determinar si esta política arancelaria se traduce en una guerra comercial abierta.