El cambio de estación de invierno a verano ha generado un incremento del 15 al 20% en los casos de gripe y otras enfermedades respiratorias, según el neumólogo Carlos Intriago Solórzano. Este aumento afecta principalmente a niños de 4 a 7 años y se ve agravado por factores climáticos que dispersan agentes infecciosos como virus y bacterias, especialmente en zonas urbanas y rurales. La población infantil es la más vulnerable, aunque los adultos también enfrentan riesgos de complicaciones severas como neumonía.
El especialista explicó que el polvo y las condiciones propias de las zonas montañosas o rurales, comunes en varias ciudades ecuatorianas, facilitan la propagación de virus como el sincitial respiratorio y, en menor medida, el COVID-19. Estas condiciones climáticas, combinadas con una atención médica inadecuada, contribuyen al aumento de casos de bronquiolitis, rinitis y faringitis en niños, mientras que los adultos pueden desarrollar problemas respiratorios más graves.
Principales afecciones y síntomas
Los síntomas más comunes incluyen malestar general, fiebre, congestión nasal y dolor de cabeza. Intriago recomendó medidas básicas como una adecuada hidratación y el uso de paracetamol para controlar los síntomas iniciales. Sin embargo, advirtió que si los síntomas persisten más de seis o siete días, es fundamental una reevaluación médica para evitar complicaciones.
El neumólogo destacó que las “gripes mal curadas” son un problema recurrente debido a la automedicación. “Algunas personas compran antibióticos en farmacias y se automedican, lo que genera resistencia bacteriana”, señaló. Este mal hábito puede agravar los cuadros respiratorios y prolongar la recuperación, especialmente en pacientes con sistemas inmunológicos débiles.
Medidas preventivas y recomendaciones
Para prevenir estas enfermedades, Intriago enfatizó la importancia de medidas de protección como el uso de mascarillas, especialmente en entornos con alta exposición a polvo o agentes infecciosos. También recomendó evitar el contacto cercano con personas vulnerables, como adultos mayores, cuya inmunidad puede estar comprometida.
Una alimentación rica en proteínas y vitaminas es clave para fortalecer el sistema inmunológico. “Una buena nutrición ayuda a prevenir y combatir estas infecciones”, afirmó el especialista. Asimismo, instó a la población a buscar atención médica oportuna en lugar de recurrir a tratamientos caseros o medicamentos sin prescripción.
Factores que agravan enfermedades
El incremento de casos varía según las regiones. En áreas rurales o montañosas, las condiciones ambientales, como laderas expuestas al viento, favorecen la dispersión de bacterias y virus, aumentando la incidencia de infecciones respiratorias. En contraste, las zonas urbanas enfrentan desafíos relacionados con la contaminación y la densidad poblacional, que facilitan la transmisión de enfermedades.
El Dr. Intriago subrayó que la educación sobre la prevención y el acceso a servicios médicos son esenciales para reducir el impacto de estas enfermedades estacionales. El aumento de enfermedades respiratorias durante el cambio de invierno a verano requiere una respuesta integral que combine prevención, atención médica oportuna y educación.