El viernes 28 de marzo de 2025, un potente terremoto con epicentro en Myanmar devastó la región, dejando hasta el sábado 1.644 muertos, 3.408 heridos y 139 desaparecidos, según autoridades locales, quienes actualizaron las cifras a las 20h00 hora local para informar sobre el impacto del desastre.
El sismo, con epicentro a 16 kilómetros al noroeste de Sagaing, cerca de Mandalay, ocurrió a las 12h50 hora local del 28 de marzo. El balance oficial, actualizado a las 20h00 del 29 de marzo, reporta 1.644 fallecidos, un incremento notable desde las 255 víctimas iniciales. Además, se registran 3.408 heridos, 139 desaparecidos y, como dato adicional, 32.458 damnificados, quienes han perdido hogares o acceso a servicios básicos.
Las zonas más afectadas incluyen Mandalay, Sagaing y Naypyidaw, donde colapsaron más de 2.600 edificios, entre viviendas, escuelas y pagodas. En Tailandia, el sismo dejó 10 muertos y 68 heridos, mientras que en China se reportaron 2 heridos. Las labores de rescate enfrentan dificultades por daños en carreteras y cortes de electricidad. Sin embargo, continúan en zonas urbanas y rurales, con equipos buscando sobrevivientes entre los escombros. En las primeras horas tras el terremoto, las autoridades reportaron 1.552 heridos solo en Myanmar, cifra que casi se duplicó en menos de 24 horas.
La ONU destinó 5 millones de dólares para ayuda humanitaria, mientras equipos internacionales, como uno chino con 37 especialistas, llegaron a Yangon para apoyar las operaciones.
Myanmar, un país golpeado
Myanmar, situado sobre la falla de Sagaing, es propenso a terremotos. El sismo del 28 de marzo es el más letal desde 1946, agravado por la precariedad de las construcciones y la guerra civil que dificulta la respuesta. Expertos del USGS estiman que las víctimas podrían superar las 10.000.
El epicentro del terremoto, a 16 km de Sagaing, amplificó los daños por su poca profundidad (10 km). La junta militar decretó estado de emergencia en seis regiones, pero la guerra civil dificulta las labores. “El terremoto golpeó en el peor momento”, dijo Sheela Matthew, del Programa Mundial de Alimentos, destacando la fragilidad del país.