Las principales bolsas asiáticas abrieron este viernes con fuertes pérdidas tras el aumento de la tensión comercial entre China y Estados Unidos. La Bolsa de Tokio fue la más afectada, con una caída inicial superior al 5%. El índice Nikkei cerró la jornada con un descenso del 2,96%, lastrado por la toma de beneficios tras la fuerte subida del día anterior.
Empresas tienen caídas
Empresas clave como Toyota y Sony registraron caídas significativas del 4,83% y 7,04%, respectivamente. En Corea del Sur, el índice Kospi perdió un 0,5%, tras comenzar la sesión con una caída del 2%.
El Hang Seng de Hong Kong abrió a la baja con un retroceso del 0,6%, pero logró recuperarse durante la jornada y cerró con una subida del 1,13%. Este repunte parcial se produce después de que el índice se desplomara un 13,2% a comienzos de la semana, su mayor caída desde 2008.
Bolsas de Europa y Wall Street también se resienten
Los mercados bursátiles europeos comenzaron el día con ganancias, pero la incertidumbre global provocó una rápida reversión. A las 10:15 GMT, Londres subía un 0,46%, mientras que Frankfurt caía un 0,96% y París bajaba un 0,35%. El giro se produjo después de que China anunciara nuevos aranceles del 125% sobre productos estadounidenses.
En Estados Unidos, los futuros de Wall Street también reflejan el impacto del conflicto. A la misma hora, el S&P Futures perdía un 0,26%, el Dow Jones caía un 0,31% y el Nasdaq descendía un 0,27%. También se registraron bajas en el índice Russell 2000 (-0,27%) y en los futuros del petróleo crudo (-0,38%).
La volatilidad domina los mercados, impulsada por la falta de certezas sobre los próximos pasos de ambas potencias económicas.
Nueva escalada arancelaria agrava la crisis
El detonante de esta jornada turbulenta fue el anuncio de China de aumentar los aranceles sobre productos estadounidenses del 84% al 125%. La medida llega en respuesta a una serie de incrementos arancelarios impuestos por Washington, que ya había elevado los aranceles del 50% al 125% días atrás.
Esta escalada forma parte de una guerra comercial que ha venido intensificándose durante las últimas semanas. Pekín ya había elevado sus tasas del 34% al 84% como represalia inicial. Con los nuevos ajustes, el total de cargas impositivas supera el 145% en algunos sectores del comercio bilateral.
Las represalias mutuas están generando un ambiente de gran incertidumbre, afectando no solo a las economías de ambos países, sino también al comercio global.
Consecuencias para China
Para China, la escalada arancelaria puede generar presiones económicas internas significativas. El encarecimiento de productos exportados a Estados Unidos podría reducir la competitividad de las empresas chinas. Esto ocurriría especialmente en sectores tecnológicos y manufactureros. Además, la incertidumbre podría afectar la inversión extranjera directa. Esto en un momento en que Pekín busca reactivar su crecimiento tras una desaceleración post pandemia.
Frente a este escenario, China podría reforzar sus vínculos comerciales con países emergentes. El gigante asiático buscaría acelerar su estrategia de diversificación hacia mercados como África, América Latina o el Sudeste Asiático.
La presión inflacionaria en Estados Unidos
En Estados Unidos, el incremento de aranceles a productos chinos puede traducirse en mayores costos para consumidores y empresas. La subida de precios en bienes importados —como electrónicos, maquinaria y componentes industriales— podría alimentar la inflación. Esto justo cuando la Reserva Federal mantiene una política monetaria restrictiva.
Sectores industriales que dependen de insumos chinos, como el automotriz o el tecnológico, también podrían sufrir interrupciones en sus cadenas de suministro. Además, los agricultores estadounidenses, que ya enfrentan restricciones comerciales en China, podrían perder aún más acceso a ese mercado clave.