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Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el planeta necesitará duplicar la producción de alimentos hasta el 2050, en un escenario en el que se dispondrá de menos recursos, más población y enfrentado a los efectos adversos del cambio climático.

A escala global se ha evidenciado, además, que los campos se quedan sin agricultores, por la migración de jóvenes que buscan otras oportunidades en la ciudad.

En este panorama surgen destellos de esperanza con quienes deciden apostar por la agricultura, e inclusive, conservar el ambiente con prácticas sostenibles, según un comunicado de prensa de la empresa Yara, dedicada a la fabricación de fertilizantes minerales.

Esta empresa destaca año a año a los jóvenes menores de 35 años en Latinoamérica que están haciendo historia por su compromiso con la transformación del campo. En el ranking de este año tres ecuatorianos son protagonistas.

En este ámbito, los gobiernos incentivan el relevo generacional. En el caso de Ecuador, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, en 2020, a través de su Escuela de Emprendimiento capacitó a 1.086 jóvenes rurales para que, con tecnología, se vinculen a la producción agropecuaria sustentable. En 2021, producto de esta gestión, se graduaron 600 jóvenes. Y en el mismo año se capacitaron a otros 4.700 jóvenes. En el caso de Yara Ecuador, hasta 2021 capacitó a 25 mil agricultores en prácticas sostenibles, muchos de ellos jóvenes.

“La agricultura en Ecuador es una actividad milenaria que ha abastecido a los hogares en todo el país, incluso en tiempos más duros de la pandemia. Actualmente, corre el riesgo de quedarse sin mano de obra que cultive la tierra. Por ello, Yara promueve que las nuevas generaciones puedan hallar oportunidades a través del uso de las tecnologías, la generación de conocimiento y buenas prácticas agrícolas. Lo hacemos a través de plataformas digitales, innovación y transferencia de conocimiento a los jóvenes”, informó Jaime Vinces, gerente comercial de la compañía.

Vinces destaca a aquellas personas que apuestan por la agricultura. Y, como se mencionaba, en el listado anual de Yara están tres ecuatorianos menores de 35 años que viven de la agricultura sostenible.

Jengibre hawaiano. Luis Calzada tiene 25 años y ya es responsable de la plantación de jengibre hawaiano, además de la venta de insumos agrícolas para la provincia de Los Ríos, una de las más productivas de cultivos como maíz, banano, arroz y frutos tropicales.

Desde niño vivió en Guayaquil, una ciudad cosmopolita y de gran desarrollo empresarial e industrial, sin embargo, por sus raíces, Luis se decidió por el campo. Su abuelo y su padre han estado vinculados a la producción agrícola. Y él finalmente se graduó como ingeniero agrónomo en la Universidad Zamorano.  

“He comenzado un pequeño emprendimiento de cultivar Jengibre para el mercado local y también para la industrialización. Analizando, mis rendimientos por hectáreas y costos de producción entre fertilizantes convencionales o mezclas físicas con los productos de Yara, he podido evidenciar un aumento entre el 35% y el 45% de utilidad neta por hectárea”, cuenta.

El arroz es su pasión. Ayrton Pantaleón, con tan solo 27 años, es responsable de la siembra, cultivo y cosecha de 180 hectáreas de arroz.

Él hace parte de la segunda generación de agricultores en su familia. Está encargado de la parte técnica, principalmente del cultivo de arroz y también tiene algo de responsabilidad sobre el cultivo de maíz. Su hermano y su madre se encargan del local de Agroservicios Marianita, el negocio de la familia. Ayrton está convencido que es posible obtener excelentes resultados de sus cosechas si usa productos eficientes que le permitan obtener productividad, calidad y rentabilidad en sus cultivos de ciclo corto.

Ayrton Pantaleón.

Los mangos. Pedro Rodríguez, de 28 años, pertenece a la segunda generación de agricultores en su familia. Su padre comenzó con una pequeña finca de mango en la zona de Pedro Carbo, Guayas.

Hoy ya son 700 hectáreas. Poco a poco con constancia y trabajo duro fue creciendo en sus cultivos manejando varias variedades de mango siendo la inicial la variedad tommy y ataulfo. Además, tienen 300 hectáreas dedicadas al maíz. Él junto con su hermano manejan los cultivos no solo de Ecuador si no también en Perú. Pedro es el encargado de toda la parte técnica de las fincas y llevar los planes nutricionales que promuevan mejores cosechas y que impacten menos al ambiente.

Pedro Rodríguez