El dolor de rodilla, una afección que afecta a personas de todas las edades, puede deberse a múltiples factores como lesiones, sobrecarga o enfermedades crónicas. Según especialistas en salud articular, conocer sus causas permite actuar de manera oportuna y prevenir complicaciones a largo plazo.
Lesiones traumáticas: una causa frecuente
Una de las causas más frecuentes del dolor de rodilla son las lesiones producidas por traumatismos directos, caídas o movimientos bruscos. Entre las más comunes se encuentran:
- Esguinces y distensiones: afectan los ligamentos y músculos alrededor de la articulación.
- Rotura de meniscos: cartílagos que actúan como amortiguadores en la rodilla.
- Lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA): frecuentes en deportistas.
Estas afecciones suelen producir dolor súbito, hinchazón y dificultad para mover la rodilla. Es recomendable acudir a un médico ortopedista para obtener un diagnóstico por imagen (como resonancia magnética) y determinar el tratamiento adecuado.
Sobrecarga y desgaste articular
Otra causa habitual del dolor es la sobrecarga mecánica, provocada por actividades que generan presión repetitiva sobre la articulación, como correr largas distancias, levantar peso o permanecer de pie por muchas horas.
Con el tiempo, la sobrecarga puede derivar en condromalacia rotuliana (reblandecimiento del cartílago bajo la rótula) o en tendinitis rotuliana, afección del tendón que conecta la rótula con la tibia.
Asimismo, el desgaste articular progresivo, conocido como artrosis, es común en personas mayores de 50 años. La artrosis de rodilla se caracteriza por la pérdida del cartílago, provocando dolor crónico, rigidez y crujidos al mover la articulación.
Enfermedades inflamatorias y factores estructurales
El dolor de rodilla también puede deberse a enfermedades sistémicas como la artritis reumatoide, una afección autoinmune que provoca inflamación crónica de las articulaciones, o la gota, relacionada con la acumulación de cristales de ácido úrico.
Por otro lado, algunas personas presentan problemas estructurales como displasia de la rótula, piernas desalineadas o diferencias de longitud entre extremidades, lo que genera una distribución inadecuada del peso y causa dolor recurrente.
El exceso de peso corporal es un factor agravante en todos estos casos, ya que incrementa la presión sobre las rodillas, especialmente al caminar o subir escaleras.
Diagnóstico del dolor de rodilla y tratamiento
El diagnóstico del dolor de rodilla debe incluir una evaluación médica, pruebas físicas y, en muchos casos, estudios por imagen como radiografías, ecografías o resonancia magnética.
El tratamiento dependerá de la causa y puede incluir reposo, fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios, infiltraciones con ácido hialurónico o corticoides, y en casos más graves, intervenciones quirúrgicas.
Además, los especialistas recomiendan mantener un peso saludable, fortalecer los músculos de las piernas y evitar el sedentarismo como medidas preventivas clave.
Cuándo buscar atención médica
Se recomienda consultar a un médico si el dolor de rodilla:
- Persiste por más de una semana.
- Se acompaña de inflamación, enrojecimiento o fiebre.
- Limita el movimiento o impide caminar.
- Aparece tras una lesión o caída.
Una atención médica oportuna puede evitar complicaciones futuras y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.