Ecuador ha generado controversia tras anunciar una alianza sobre seguridad con Erik Prince y la empresa Blackwater. La cooperación busca combatir el crimen organizado, algo que muchos aplauden. Pero en varios sectores hay temores sobre su impacto en los derechos humanos.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció una “alianza estratégica” sobre seguridad con Erik Prince. Se trata de un exmilitar estadounidense y fundador de la controvertida empresa privada Blackwater. Esta cooperación busca fortalecer la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, pero ha generado preocupación sobre sus posibles efectos en los derechos humanos y la soberanía ecuatoriana.
El anuncio de Noboa y la controversia
El presidente Daniel Noboa sorprendió al país el pasado martes con el anuncio de una colaboración estratégica con Erik Prince, empresario estadounidense conocido por su vinculación con Blackwater. Se trata de una firma de seguridad privada que se ha visto envuelta en varios escándalos internacionales.
En un mensaje en redes sociales, Noboa destacó que la alianza se enfoca en reforzar la lucha contra el crimen organizado, particularmente el narcotráfico. Noboa mencionó también la protección de las aguas territoriales ecuatorianas frente a la pesca ilegal.
Sin embargo, la decisión ha generado un fuerte debate en Ecuador. El abogado Ramiro García fue uno de los primeros en manifestar su preocupación, advirtiendo que este tipo de acuerdos podría tener repercusiones legales a largo plazo.
“¿Está claro el presidente Noboa en el lío que se va a meter al contratar un grupo privado de mercenarios extranjeros para matar, torturar, desaparecer o ejecutar sumariamente a ecuatorianos?”, cuestionó García. Las implicaciones de estas acciones podrían incluir violaciones a los derechos humanos, que, según los expertos, no prescriben y pueden ser abordadas a nivel internacional.
La postura de los expertos
Diversos analistas y expertos han manifestado sus dudas sobre la legalidad y ética de la contratación de mercenarios. Luis Altamirano, excomandante del Ejército de Ecuador, calificó la alianza con Blackwater como un “desacierto”. Según Altamirano, la colaboración con mercenarios no puede considerarse una cooperación internacional legítima, pues no involucra tratados que estén sujetos al control constitucional y legislativo del país.
Por su parte, la abogada constitucionalista María Dolores Miño explicó que la implicación de Blackwater en el país podría crear una estructura legal ambigua: “No estaríamos suscribiendo un tratado internacional, sino un instrumento ‘Frankenstein’ que navegaría en un limbo entre lo público y lo privado”, destacó Miño. La jurista especializada en derechos humanos e internacionalista añade que la falta de un marco legal claro podría generar un vacío en el control sobre las actividades de estos actores privados.
Posibles beneficios de la alianza
A pesar de las críticas, algunos expertos sugieren que la presencia de mercenarios como los de Blackwater podría tener efectos positivos. Aseguran que esto podría ocurrir sobre todo en términos de la modernización y capacitación de las fuerzas armadas ecuatorianas.
Byron San Miguel Marín, experto en seguridad, indicó que estos grupos privados pueden brindar apoyo en áreas como la tecnología y la formación de soldados, lo que podría ser clave para enfrentar el crimen organizado con mayor eficacia.
“Estos señores vienen y ayudan con tecnología. Los delincuentes van a pelear con las mismas armas que tienen los delincuentes, entre comillas. Pero lo más seguro es que allí los delincuentes salgan corriendo”, explicó San Miguel Marín.
“Los militares están maniatados porque no pueden disparar, si lo hacen luego tienen una demanda, pero estos señores son gente desconocida, entrenados en Irak e Israel, hacen su trabajo y se van”, precisó.
Costos financieros de la presencia de Erik Prince
Uno de los aspectos más inciertos de esta cooperación es el costo que implicará la contratación de los mercenarios. Esto porque el presidente no ha detallado los términos del acuerdo. El experto en seguridad Renato Rivera comentó que los costos de este tipo de intervenciones varían significativamente según la misión y la duración.
“Los contratos pueden ir desde los 20 millones de dólares hasta más de mil millones de dólares”, afirmó Rivera. Los costos finales dependerán de los detalles específicos del acuerdo y de la duración de la asistencia que Blackwater brindaría a Ecuador.
El contexto histórico de Blackwater
La polémica sobre la alianza de Ecuador con Erik Prince no está exenta de antecedentes. Su empresa se hizo tristemente célebre por su participación en la masacre de la Plaza Nisour en Bagdad, Irak, en 2007, cuando contratistas de Blackwater mataron a 17 civiles en un ataque aparentemente injustificado.
El hecho ocurrió el 16 de septiembre de ese año. Ese día un grupo de contratistas de Blackwater, que estaban a cargo de la seguridad de funcionarios del Departamento de Estado, disparó a un coche. El vehículo era ocupado por una pareja y su hijo. Los contratistas afirmaron que fueron atacados y respondieron.
Investigaciones en Estados Unidos realizadas por la Cámara de Representantes, la milicia y el FBI concluyeron, entre otras cosas, que al menos 14 de las víctimas de la Plaza Nisour fueron asesinadas sin causa. Además, establecieron que los empleados de Blackwater causaron “bajas significativas y daños materiales” en Irak.
Aunque algunos de los responsables fueron condenados por homicidio, la administración de Donald Trump emitió indultos a favor de los contratistas involucrados en este caso.
El ministro del Interior justifica acuerdo con Erik Prince
John Reimberg, ministro del Interior de Ecuador, aseguró que la contratación de Erik Prince es para dar asesoramiento a las fuerzas de seguridad. Asimismo, descartó que tenga que ver con desconfianza hacia la Policía para enfrentar a los grupos criminales.
“Somos el Gobierno que más ha trabajado con la Policía y Fuerzas Armadas. Somos el Gobierno que tuvo la valentía de que las Fuerzas Armadas salgan a apoyar la labor de la Policía en asegurar al país”, dijo el ministro, intentando disipar las dudas sobre el tema.
Pese a eso, no hay claridad de las tareas que podría cumplir Erik Prince y de su alcance.