Dos menores de edad, de 13 y 15 años, fueron asesinadas la noche del lunes 15 de abril en la intersección de las calles 11 y Vacas Galindo, en el suroeste de Guayaquil, cuando compraban salchipapas en un hecho que ha estremecido a la ciudadanía y evidenciado la creciente inseguridad que vive esta urbe costera del Ecuador.
Estaban comprando salchipapas cuando las atacaron
Según testigos, las adolescentes habían salido a comprar salchipapas cuando sujetos armados abrieron fuego contra ellas sin previo aviso. Los platos de comida quedaron esparcidos en el suelo, convirtiéndose en una imagen cruda del crimen que ha generado consternación en la comunidad.
Equipos de criminalística de la Policía Nacional acudieron al sitio para levantar evidencias balísticas y recopilar testimonios. Hasta el momento, no se ha determinado si se trató de un acto de sicariato dirigido o si las jóvenes fueron víctimas colaterales de un conflicto entre bandas delictivas.
Investigación en curso y respuesta policial
La Policía Nacional ha intensificado los operativos en el sector, ubicado en una de las zonas más conflictivas de la ciudad. Las autoridades aseguraron que se desplegaron unidades tácticas y de inteligencia para dar con los responsables del crimen.
El comandante de la Zona 8, que abarca Guayaquil, Durán y Samborondón, declaró que no se descarta ninguna hipótesis. Señaló que se revisan las cámaras de videovigilancia del sector para identificar a los autores del ataque.
Alarma ciudadana ante la ola de violencia
Este asesinato se suma a una escalada de violencia que ha impactado a Guayaquil en los últimos meses, vinculada principalmente al accionar del crimen organizado y narcotráfico. La ciudad se ha convertido en uno de los principales escenarios de homicidios selectivos, extorsiones y ataques armados en el país.
Organizaciones civiles y habitantes del sector han exigido mayor presencia policial y acciones contundentes del Estado para frenar los actos de violencia que afectan incluso a menores de edad y civiles inocentes.
La comunidad educativa y asociaciones de derechos humanos también han manifestado su preocupación por el riesgo permanente en el que viven niños y adolescentes en sectores vulnerables de la ciudad. (12)