El cabello rizado, por su estructura y nivel de porosidad, requiere cuidados especiales para conservar su forma, brillo e hidratación. En Quito, donde las condiciones climáticas pueden variar, muchas personas enfrentan dificultades para manejar sus rizos. Expertos en salud capilar explican qué cuidados son necesarios, quiénes deben aplicarlos, cuándo establecer una rutina efectiva y dónde encontrar productos adecuados, con el objetivo de evitar daños comunes y mejorar la salud del cuero cabelludo.
Hidratación: el pilar del cuidado del cabello rizado
Uno de los elementos fundamentales para mantener el cabello rizado saludable es una hidratación constante. Debido a su estructura en espiral, el sebo natural del cuero cabelludo tarda más en recorrer el cabello, lo que lo vuelve más propenso a la resequedad. Por ello, especialistas recomiendan el uso de acondicionadores sin sulfatos, mascarillas nutritivas y productos ricos en aceites naturales como el de coco, argán o jojoba.
Además, se aconseja realizar una hidratación profunda al menos una vez por semana, con el fin de recuperar la elasticidad del cabello y prevenir la rotura.
Técnicas de lavado y secado adecuadas
El método de lavado también influye en la salud del cabello rizado. El uso excesivo de champú con sulfatos puede eliminar los aceites naturales esenciales. En su lugar, se recomienda el método “co-wash”, que consiste en lavar el cabello solo con acondicionador, alternando con lavados tradicionales una o dos veces por semana.
Al momento del secado, se debe evitar el uso de toallas convencionales, ya que provocan fricción y frizz. En su lugar, lo ideal es secar con una camiseta de algodón o una toalla de microfibra, y dejar que el cabello se seque al aire o con un difusor a baja temperatura.
Definición de rizos y mantenimiento del volumen
Para lograr rizos definidos, se recomienda aplicar productos con textura ligera, como cremas activadoras o geles sin alcohol. La técnica de definición más utilizada es el «plopping», que permite mantener la forma del rizo sin encrespamiento.
Además, es fundamental proteger el cabello rizado durante la noche. El uso de fundas de satén o dormir con gorros del mismo material reduce la fricción y mantiene la hidratación. Cortar las puntas cada 8 a 10 semanas también es clave para evitar las puntas abiertas y conservar el volumen.
Recomendaciones expertas
En ciudades de altura como Quito, donde el clima seco y la radiación solar son frecuentes, es importante aplicar protectores térmicos y usar sombreros al salir. Según la dermatóloga ecuatoriana Gabriela Pérez, “el cabello rizado necesita una rutina constante y personalizada, adaptada al clima y al tipo de rizo”.
Cada tipo de rizo —desde ondulado hasta afro— responde de forma diferente a los productos, por lo que es recomendable consultar con un tricólogo o estilista especializado antes de establecer una rutina definitiva.
Constancia y productos adecuados
El cuidado del cabello rizado requiere constancia, productos adecuados y una comprensión de sus necesidades específicas. No se trata de alisar o cambiar su forma, sino de mantener su estructura natural en condiciones óptimas.
Con una rutina clara, el uso de ingredientes nutritivos y la aplicación de técnicas adecuadas de lavado y definición, es posible lograr un cabello rizado sano, brillante y manejable.