Rusia y Ucrania pactaron este lunes un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, que incluye a militares menores de 25 años y soldados heridos o gravemente enfermos, además de la devolución de 6.000 cadáveres de soldados de cada bando. Las negociaciones, celebradas en el palacio otomano de Ciragan en Estambul y mediadas por el canciller turco Hakan Fidan, no lograron un cese al fuego, pero avanzaron en compromisos humanitarios. El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, anunció los acuerdos y propuso una reunión entre los presidentes Volodimir Zelenski, Vladimir Putin y Donald Trump para finales de junio, con el objetivo de avanzar en la resolución del conflicto.
Compromisos humanitarios en medio de tensiones
El acuerdo alcanzado en Estambul marca el segundo ciclo de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania en más de tres años de conflicto. Según Umerov, el intercambio de prisioneros priorizará a los más vulnerables, mientras que la devolución de 6.000 cadáveres por cada lado busca permitir entierros dignos. Las autoridades rusas, representadas por el asesor presidencial Vladimir Medinski, confirmaron que los restos de soldados ucranianos han sido identificados mediante pruebas de ADN y serán entregados la próxima semana. Medinski también propuso un alto el fuego temporal de “dos o tres días” en sectores específicos del frente para facilitar la recuperación de cuerpos.
Por su parte, Ucrania expresó su disposición a recibir restos de soldados rusos, siempre que estén disponibles. Sin embargo, las posiciones sobre un alto el fuego permanente permanecen irreconciliables, lo que limitó los avances en este aspecto.
Propuestas para una cumbre de líderes
Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, Umerov subrayó la importancia de una reunión de alto nivel para desbloquear el proceso de paz. “Creemos que todos los problemas se pueden resolver a nivel de líderes”, afirmó, destacando que un cese al fuego, acciones humanitarias y un encuentro entre Zelenski, Putin y Trump son pasos esenciales. Desde Vilna, el presidente ucraniano respaldó esta iniciativa, pero advirtió que, si las negociaciones de Estambul no se traducen en acciones concretas, se requerirán nuevas sanciones internacionales, incluyendo medidas conjuntas del G7 y otros países aliados.
Zelenski también celebró el acuerdo para liberar prisioneros, calificándolo como un paso hacia la justicia humanitaria. No obstante, insistió en que Rusia debe demostrar compromiso real para poner fin a la guerra.
Alto el fuego parcial y memorando ruso
Por el lado ruso, Medinski destacó que su delegación presentó un memorando detallado sobre un posible alto el fuego y un plan de paz. Ucrania se comprometió a estudiar el documento durante la semana, aunque no se han revelado detalles sobre su contenido. La propuesta rusa incluye un cese temporal de hostilidades en ciertas zonas para recuperar restos de soldados, una medida que busca responder a las necesidades humanitarias de ambos países.
A pesar de los avances en temas humanitarios, las negociaciones no lograron acercar a las partes en la búsqueda de un alto el fuego general. La falta de consenso refleja la complejidad del conflicto, que ha dejado miles de víctimas y desplazados desde su inicio.
Contexto del conflicto y expectativas
El acuerdo de Estambul se produce en un momento en que la presión internacional para resolver el conflicto aumenta, con mediaciones como la de Turquía jugando un papel clave. Sin embargo, las demandas de Ucrania por sanciones más severas y la insistencia rusa en condiciones específicas para la paz dificultan un avance definitivo. La propuesta de una cumbre con líderes internacionales podría abrir nuevas vías de diálogo, aunque su viabilidad aún es incierta. Por ahora, el intercambio de prisioneros y la devolución de cadáveres representan un gesto humanitario significativo en un conflicto marcado por pérdidas humanas devastadoras.