Robbie Williams, el ícono pop de 51 años, abrió su corazón sobre un nuevo capítulo oscuro en su salud mental. El ex Take That que siempre habla sin filtros, revelo que a principios de 2025, tras una década de calma, la ansiedad y depresión decidieron regresar.
Robbie Williams acaba de revelar un dato que tiene a muchos sorprendidos. El cantante, famoso por temazos como Angels, confesó que este año la vida le dio un sacudón inesperado. “Me sentía triste, ansioso y deprimido”, dijo en una entrevista reciente, con esa honestidad que siempre lo ha caracterizado. Después de 10 años pensando que había dejado atrás esos días grises, el bajón lo pilló desprevenido. “Pensé que estaba al final del arco, caminando hacia un mundo maravilloso. Que esto volviera me confundió”, admitió, mostrando lo duro que fue volver a ese lugar.
Pero la cosa no quedó ahí. Robbie reveló que, en medio de esa tormenta mental, su relación con la comida se fue al extremo. “Dejé de comer y no obtenía los nutrientes que necesitaba. ¡Terminé con escorbuto!”, soltó, refiriéndose a esa enfermedad de piratas del siglo XVII por falta de vitamina C. ¿Cómo llegó ahí? Por la dismorfia corporal. “Cuando alguien dice ‘nos preocupa que estés demasiado delgado’, lo traduces como ‘premio gordo, lo logré’”, explicó. Aunque suena fuerte, asegura que ya está mejor y dejó esa etapa atrás.
Robbie está en recuperación
El británico no es de los que se guarda nada. Desde sus días en Take That ha hablado de sus luchas con la salud mental, y esta vez no fue diferente. Aunque tocó fondo, dice que está saliendo del hoyo. “Ahora me siento mejor”, afirmó, y sus fans en X lo celebran. “Robbie siempre tan real, fuerza ídolo”, escribió @PopLover90. Su historia es un recordatorio de que hasta las estrellas pasan por momentos oscuros.
Entre tanto drama, Robbie también sacó una sonrisa con una anécdota familiar. Resulta que sus cuatro hijos —Teddy, Charlie, Coco y Beau, con su esposa Ayda Field— no siempre le dan el crédito que merece. “Canté en Múnich para 125,000 personas, el lugar explotaba con Let Me Entertain You, y mi hijo Charlie estaba jugando en el iPad, cero emoción”, bromeó. Pero en Hyde Park, el año pasado, algo cambió. “Después del show, me miró diferente. Ahí cayó en cuenta de que no solo soy el que dice ‘pórtate bien’ en casa”, contó, riéndose de cómo la fama a veces no impresiona a los más cercanos.
Esta confesión de Williams no solo pone sobre la mesa lo frágil que puede ser la mente, sino también su fuerza para levantarse. De una dieta pirata a volver a brillar, Robbie sigue siendo ese artista que conecta con el público por su autenticidad. Y aunque sus niños no siempre lo vean como una estrella del pop, él sabe que su mayor éxito es estar ahí para ellos.